18: Hola.

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Despierto y lo primero que hago es revisar mi teléfono, la notificación que escuché anoche resulta ser de instagram, con ojos entrecerrados desbloqueo mi teléfono y hago click en ella. La app se abre dejándome ver la bandeja de solicitudes. Reconozco el nombre de perfil de Aaron y dudo antes de ver el mensaje, pero termino haciéndolo.

Se trata de un simple mensaje de «Feliz cumpleaños, te amo.»

Dejo salir el aire antes de bloquear su cuenta.

Me pongo de pie, dejando las sabanas a un lado, mi hombro ya no duele tanto cosa que me hace sonreír.

Arreglo lentamente la cama cuando al puerta se abre lentamente y me giro mientras Mark camina hacia mi rápidamente.

— ¿Que carajos haces arreglando la cama? Ayer te dijeron que deberías tener el brazo tranquilo, incluso Sasha te lo repitió como tres veces. Haz caso.

— No voy a dejar la cama desordenada, esta no es mi casa.

— Esta es prácticamente tu otra casa — intento hablar y pone un dedo sobre mis labios callándome —, me vale que digas que te da vergüenza y en realidad no es así. Quédate quieto.

Suelto un suspiro asintiendo con la cabeza y él aparta su mano de mi rostro.

— Ahora ven a desayunar, Sasha hizo tequeños.

— ¿Que es eso? — pregunto y Mark se queda en silencio un momento antes de responder.

— Si no estoy mal, son como dedos de queso o algo parecido, dijo que aprendió a hacerlos con su abuelita en... Venezuela. Si mal no recuerdo, se llamaba así donde vive ella.

Río y ambos salimos de la habitación, bajamos las escaleras hasta la cocina donde todo parece haber vuelto a la normalidad.

No hay rastros de que anoche hubo una fiesta, debieron quedarse despiertos hasta tarde para arreglar la casa.

— Buenos días. — saludo entrando a la cocina.

Sasha está enseñando a Marc a hacer lo que sea que están haciendo, el segundo se encuentra con las manos llenas de masa mientras Sasha no se despega de la cocina donde hay algo friéndose.

— Hola, Jonah, ¿como va el hombro? — responde Marc a mi saludo cuando me escuchan mover la silla y ambos me ven.

— Mejor, no me duele tanto.

— ¿Le diste la pastilla, cierto Mark?

— Mierda, se me olvidó — su hermano y Sasha miran al mencionado fijamente y él se encoge de hombros dándome la dichosa pastilla —, en mi defensa, me distraje intentando que este idiota no forzara el brazo. ¡Lo encontré arreglando la sábana!

— Jonah. — empieza Sasha y le sonrío.

— Ey, pon atención, se te está quemando el cosito. — Marc interrumpe lo que iba a ser el inicio de mi regaño y Sasha se gira a la cocina rápidamente.

— Mierda.

Lo saca con un tenedor y apaga la cocina, Marc se asoma a verlo y empieza a reírse mientras Sasha lo deja caer en un plato frente a nosotros.

Esta tan quemado que no tiene otro color aparte del negro.

Mark se ríe junto a su hermano y yo miro a Sasha quien intenta no reírse también, nuestras miradas colisionan y empezamos a reír los cuatro.

Después de un momento, cuando nos calmamos, Sasha y Marc arreglan la cocina y limpian el poco desastre sobre la mesa antes de sentarse con nosotros en la mesa. Sasha deja un plato lleno de tequeños en el centro de esta, y luego deja una pequeña taza de salsa al lado.

Nuestro Pequeño Espacio [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora