IV.

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Mi mirada estaba fija en unos lindos ojos grises. El hombre que los portaba tenía una sedosa cabellera rubia platinada y la piel blanca.

Él me miraba con los ojos levemente cerrados. Su mirada no expresaba ningún sentimiento, pero su corazón sí. Sabía que él me amaba y que nunca sería capaz de hacerme daño... o eso creí.

Fue en esa parte cuando desperté de aquel extraño sueño. ¿Quién sería aquel rubio platinado? ¿Lo conozco? No lo creo, y si es así, no recuerdo.

Decidí dejar de pensar en aquello y centrarme más en el presente. Las horas pasaban lentamente y mis ansias de conocer Hogwarts y recordar algo acerca de mí crecían cada vez más.

Me levanté y me di una ducha rápida, estaba ansiosa por este nuevo día.

Me puse un conjunto un tanto simple y al cabo de ello me miré en el espejo de cuerpo entero que se encontraba en mi habitación temporal. Aquella blusa negra junto con el pantalón y las ballerinas del mismo color no me quedaban nada mal.

Sirius me había dicho que era mejor que me vistiera colores neutros para no desentonar con el lugar al que iríamos.

Bajé hacia el primer piso (yo estaba en el segundo) para encontrarme con Sirius y Premie. 'Buenos días' me dijeron ambos, solo que Premie agregó el 'Señorita ____'

- Nada de formalidades, Premie, ya te he dicho -él asintió lentamente con su pequeña cabeza.

- Trataré.

- Al parecer seguiste mi consejo, te queda muy bien ese atuendo -yo le sonreí y asentí- me alegra que te haya quedado bien la ropa de mi prima, no le importará, como te dije, ya no vive aquí.

- El atuendo resalta los ojos violetas de la señori... de ____. -dijo Premie, pero se corrigió al ver mi fulminante mirada.

- Tienes razón, Premie, recién me fijo en tus ojos, ____, son muy lindos y exóticos, para nada comunes. Y tu cabello negro los resalta bastante... Bueno, vamos. Iremos a Ollivanders por tu varita, luego a otras tiendas para tu mascota, vestuario, libros y de más -iba a prostestar, ya que no tenía dinero, pero él me calló- no te preocupes, yo lo pago, solo porque le caes bien a Premie -este asintió y me tendió un chocolate. Lo acepté. Ellos tenían un tema con los chocolates.

Sirius me había indicado cómo viajar con polvos flu, así todo era más fácil, la forma simple en la que me lo explicó lo hacía ver simple. - Ollivanders. -dije y soplé los polvos una vez ya dentro de la chimenea.

- Nada mal para una primera vez -me dijo Sirius con una media sonrisa. Yo rodeé los ojos.

Había llegado a Ollivanders en una sola pieza, pero no había llegado parada, más bien me caí fuera de la chimenea.

- Buenas joven Sirius... y jovencita. -nos acercamos a él dejando la chimenea atrás.

- ¿Usted es el señor Ollivarder? -él señor canoso y de tercera edad me miró a través de sus anteojos y asintió.

- El mismo, ¿Buscan una varita? -yo asentí y él se fue a buscar una varita para mí.

- Tal vez esta -dijo tendiéndome una varita un poco pequeña a comparación de las otras millones que se encontraban en sus estantes. - No, para nada. -dijo al notar que tres jarrones se rompieron.

- Espero que esta sí -me tendió otra, mas nada pasó.

Así estuve como por dos minutos probando con varias varitas y esta vez, la séptima fue la vencida. Me sentía completa ¿Una varita te puede hacer sentir completa? Es raro.

- Interesante. Madera de Olmo, núcleo de fibra de corazón de dragón, un tanto flexible y treinta y tres centímetros y medio. No muchas personas poseen este tipo de varitas, hace hechizos muy elegantes. -asentí y sonreí ante mi nueva varita, era muy linda. - Serían tan solo 10 galeones, pero no se preocupen, es un regalo, solo por tu inusual venida a estas alturas del año.

Salimos de la tienda y junto con Sirius, empecé a ver mis libros y de más.

- Estarás en cuarto curso, te vez de esa edad. No te preocupes si piensas que es muy avanzado, tu varita y tu inteligencia te ayudarán. -me avisó y yo solo asentí rápidamente. Estaba nerviosa, sería nueva en ese colegio y tenía un poco de miedo.

Cuando terminamos con los libros y el uniforme, Sirius me ayudó a escoger a mi futura mascota. Una lechuza, la cual a partir de ese momento se llamaba Finley (macho)

- Ahora sí, rumbo a Hogwarts. -me dijo él y emprendimos camino hacia aquella extraña escuela. Los nervios en mí aumentaban al correr de las horas.

New Times {DracoMalfoy&Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora