VII.

643 39 0
                                    

La profesora McGonagall me guió hasta una silla en frente todas las casas e hizo que me sentara, poniéndome entonces, el sombrero.

Podía ver a todos los chicos y chicas mirándome atentamente, pero ya no sentía nervios, ya me había acostumbrado un poco más.

- Uhm... así que una Thermopolis. Tu apellido me suena mucho. ¿Hija de Albert Thermopolis? Sería casi imposible con la edad que tienes. ¿Beauxbatons? Vaya, vaya, jovencita... eres muy misteriosa, tienes secretos tan ocultos que ni tú misma conoces, pero no me corresponde a mí decírtelos. -noté como de todos los profesores, Dumbledore era el que con más atención me miraba.

Aquel exótico sombrero había hecho que le tome interés. 'Secretos tan ocultos que ni tú misma conoces' ¿Qué quería decir con eso? ¿Acaso él sabía esos secretos? Todo esto era muy raro. Rarísimo.

- Posees una gran astucia. Lograrías sin duda alguna, grandes cosas en Slytherin. Ravenclaw tampoco te vendría mal, pero veo que eres más valiente de lo que aparentas ¿Tal vez Gryffindor? Uhm, eres muy complicada, ____. -

A estas alturas ya tenía la mirada de todos los alumnos y profesores en mí.

En eso el sombrero hace que mi cabeza se mueva para mirar atentamente a la mesa de Slytherin.

Ya entendía. Había un código. 'Rojo-Gryffindor' 'Azul-Ravenclaw' 'Verde-Slytherin' 'Amarillo-Hufflepuff'

- ¡Ellos explotarían tus habilidades hasta el límite! Te volverías una bruja muy poderosa a su lado... Pero ellos -dijo haciéndome mirar a los Gryffindor. -ellos te harían sentir en casa. Ellos te harían vencer tus más terribles miedos. -luego me hizo ver a los Ravenclaw - Sin embargo... ¡Ellos harían que las expectativas de él se puedan cumplir! No solo por ti... Sino por por los que serían tus compañeros.

Sabía muy bien a quién se refería con 'él'

- Te me haces complicada, Thermopolis, hay muy pocos casos como el tuyo.

- Slytherin no, Slytherin no. -le rogué al sombrero en un susurro casi inaudible.

Algo dentro de mí me decía que esa casa no encajaría conmigo.

- ¡SLYTHERIN NO! -gritó. Genial, ahora me odian.- ¿Por qué no? Serías invencible junto a ellos. -hubo un momento de silencio breve, pero interminable para mí- Está bien, como no me decido, tomaré en cuenta tu opinión. ¡GRYFFINDOR!

Aquella mesa estalló en aplausos y yo me fui a sentar a la mesa de mi nueva casa. Gryffindor. Estaba feliz. Para mí Gryffindor a partir de ese momento, era la mejor casa.

Aún podía escuchar algunos cuantos aplausos de todas las mesas, excepto de Slytherin.

New Times {DracoMalfoy&Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora