IX.

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- Así que, ___. No sé que decirte. Que el sombrero haya nombrado a Beauxbatons es algo raro, ¡Solo quedan ruinas! Pero bueno... Qué más... Oh, sí... creo que eres sangre pura ¿Sabes lo que es? -negué con la cabeza, no tenía bien claros esos conceptos. - ¿Acaso sabes si en verdad eres sangre pura? -negué de nuevo. Parecía ignorante. - Pues tal vez lo eres, casi vas a Slytherin y allí la mayoría es sangre pura, aunque claro, hay excepciones.

Herms, como me había dicho que la llamara, y yo, caminábamos por los pasillos de Hogwarts hasta llegar a la sala común de Gryffindor. Mientras tanto, ella me explicaba los conceptos y algunas reglas de Hogwarts, como el bosque prohibido, las horas de dormir, las salidas a Hogsmade, etc. Hogwarts era un lugar muy interesante.

- Por cierto ¿No sabes hechizos o sí? -me preguntó y la miré apenada. No sabía nada, era una completa ignorante con respecto a la magia. - No importa, yo te enseño unos básicos hasta ponerte al nivel de los de cuarto -le sonreí y la abracé. Era una buena amiga y me estaba ayudando. Sin duda era genial.

- ¡Te adoro, Herms! Sirius quería justamente eso -le sonreí de nuevo. Estaba feliz.

- ¿Sirius? ¿Sirius Black? -asentí lentamente. - El padrino de Harry ¿Cómo lo conoces? -le conté toda mi historia. La poca que sabía de mí. Sin duda el camino a la sala común era muy largo o yo hablaba muy rápido.

- Y pues... Así lo conozco y así descubrí Hogwarts. - Herms estaba con los ojos muy abiertos. Yo también lo estaría.

- Pensabas que te quería drogar... ¡Qué risa! De seguro te dió uno de esos chocolates con sabor a fresa. -me dijo.

Esperen... ¿Chocolate sabor a fresa? Qué raro, yo no sentí la fresa, pero bueno. Y si así fuera... Son sabores opuestos, sigue siendo raro, pero es magia y es normal lo raro.

- Bueno, Herms ¿Cuánto falta para la sala común y mi habitación?

- Falta poco, hay muchos pasadizos y... -bajó la cabeza un poco, como si estuviera ocultándome algo. - te estoy llevando por el camino más largo. Es que quiero saber de ti -me dio un pequeño golpe en el hombre y yo rodeé los ojos. Qué simpática.

- Ok, no importa, yo también quiero saber de ti.

- Oh, olvidé preguntarte algo. Ya que seré tu profesora particular -noté un brillo en sus ojos. Al parecer la idea le agradaba. - Estoy entusiasmada... creo que más que tú. Bueno... necesito saber de qué es tu varita ¿La compraste en Ollivanders? -asentí y saqué mi varita de uno de los bolsillos de mi capa. - ¿Recuerdas de qué es?

- Uhm... Creo que sí, espera -intenté recordar algo de lo que me dijo el señor Ollivander. - Sí, mmm... madera de olmo... núcleo de no sé qué dragón y... treinta y dos centímetros o algo así. Habría que medirla. -ella solo se dedicó a asentir y cogió mi varita con mi permiso.

- Es perfecta para defensa contra las artes oscuras, DCAO abreviándolo... y para encantamientos. -la miré extrañada. Ella sí que era inteligente. Me sorprende que no haya quedado en Ravenclaw, sería la mejor. - No preguntes como lo sé.

- Haha, Ok, Herms.

- Ya estamos llegando. Ah, sobre lo de Beauxbatons, un día de estos tienes que acompañarme a la biblioteca. -asentí.

Había descubierto que con Hermione se podía hablar de lo que sea.

- Hemos llegado. ¿Te importaría si más adelante compartimos habitación? Comparto con Lavender Brown, es muy engreída y como tú no tienes compañera... pensé que yo podría serlo, no sé si... te agrada la idea. -al parecer se sentía avergonzada. Solo me dediqué a abrazarla y a decirle que sí. Herms me agradaba mucho.

- Claro que sí, además así estaré cerca de mi tutora personal -ella se rió un poco y luego me hizo entrar a la sala común de Gryffindor.

- Piratas tuertos. -la puerta se abrió rápidamente y entramos. -esa es la contraseña. Apréndetela. Uhm... tu habitación es esta. -me guió rápidamente hacia ella. Era una muy linda y espaciosa. Me gustaba.

- Esta linda, uhm... como vendrás conmigo... ¡Yo elijo la ventana! -dije echándome en la cama que se encontraba cerca de la ventana, era suave y muy cómoda.

- Ok, por cierto... Ten tu varita, cuídala. Y... tus libros están ahí -dijo señalando un cajón un tanto grande. Al parecer mis cosas estaban acomodadas por arte de magia... El término ideal.

- Gracias... Uhm... transformaciones, transformaciones. -dije buscando un libro que lleve de título algo similar y lo encontré. - Listo... Vayamos.

- Bien... uhm... oh, sí, como eres nueva McGonagall me dejará cambiarme de habitación... sobretodo porque le diré que te pondré al día en los cursos. Es una gran ventaja -dijo ella riendo malévolamente haciendo que yo también me ría.

- Hahaha, bueno, sí... Seremos compañeras, ya quiero que pase, hay que decirle hoy mismo. -ella asintió y me llevó al salón de transformaciones.

New Times {DracoMalfoy&Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora