Capítulo VI - got my bible and my gun.

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- ¡Tenemos que debilitarlo!
- No podemos, es el anticristo.
- Utilicemos crucifijos, agua bendita, ¡lo que sea!, pero él no se quedará con Derek.
- ¿Por qué te preocupas por ese lobo?, ni siquiera le fuiste fiel.
- Porque es mío, y nadie me quita lo que es mío, bi siquiera ese mocoso intento de demonio. Ni siquiera parece uno. Es tan blando.
- Entonces, ¿por qué no lo matas?
- ¡Porque sabe lo que voy a hacer!, ¡el mocoso puede leer mi mente!

La mujer golpeó la mesa, cabreada y furiosa.

- Entonces, ¿qué tienes en mente, Braeden?
- Algo que quizás sirva. - Sonrió - Solo hubieron dos mujeres que lograron cegar a Derek.
- ¿Estás pensando en...
- Revivirlas.

En Beacon Hills.

Stiles despertó con las sábanas pegadas a su cuerpo, el menor pestañeó y se removió buscando el cuerpo del lobo, pero la cama estaba vacía.
- Genial, se fue. - susurró el chico, algo decepcionado.
- ¿Quién se fue? - El alfa abrió la puerta con una charola llena de comida.
- Pensé que...
- ¿Qué me había ido y te dejé aquí solo?, ni loco te dejaría, menos con Peter y Cora aquí acosándote con preguntas. - rió.
- Cora no haría eso.
- Quizás no, pero Peter te vendría a molestar.

Derek dejó la charola encima de la cama y besó la punta de la nariz de Stiles.
- Pensé que sería bueno tomar desayuno en la cama.
- Es una buena idea. - el chico sonrió.

Ambos comieron hablando de todo y nada al mismo tiempo, Stiles le hablaba de sus clases con Lucifer mientras Derek hablaba de la manada y su nueva responsabilidad.

Un grito proveniente de Cora asustó a todos dentro del loft, Stiles usó teletransportación para ir directamente donde se encontraba la chica.
- ¿Qué pasó?, ¿te encuentras bien?
- La puerta. - dijo ella apuntando.

El chico observó y vió que se encontraba un símbolo extraño.
- ¿Qué es eso? - Isaac apareció observando la marca.
- Esto es...
- ¿Venganza? - dijo Derek detrás del chico.
- Pero, ¿por qué?
- Por el nuevo alfa Hale. - dijo Peter. - Son hechiceros.
- ¿Hechiceros?, por favor. - Stiles rodó los ojos. - No pueden contra mí.

El chico caminó hasta la cocina y bebió un vaso de agua. Volvió a llenar el vaso y se dirigió hacia el sofá donde la familia se encontraba. Todos allí lo observaban con curiosidad.
- ¿No me creen?
- Yo sí. - dijo Derek.
- Derek, tú no cuentas, ya sé eso. - dijo el chico, sonriendo.
- Es que... Stiles, descubriste hace poco lo que eres. - dijo Isaac.
- Él sabe lo que hace. - dijo Cora parándose junto a Stiles. - Yo le creo.
- Yo también. - dijo Peter. - Hemos visto sus poderes, es fuerte.

El menor sonrió.
- Tenemos que hacer un viaje. Como manada. - dijo el chico. - Me someteré a unas pruebas y mi poder estará completo.
- No lo hagas. - dijo Lucifer, apareciendo detrás de la familia.
- ¿Otra vez?, ¿enserio? - dijo Cora.
- Stiles, vas a correr un riesgo, esas brujas pensarán que...
- ¿Que les voy a quitar su poder?, creeme que no me interesa ser el nuevo supremo, o un título mayor.
- ¿Supremo? - Derek hizo una mueca.
- Es la líder de las brujas, "cuando una nueva suprema surge, la otra se debilita". Una nueva suprema surge cada 30 años, yo soy el anticristo, me verán como una amenaza.
- Le demostraremos que eres lo contrario. - dijo Derek.
- No es tan simple, sí soy una amenaza. Con un chasquido, puedo comenzar el apocalipsis ahora mismo.
- Pero no lo harás. Al menos no ahora, ¿cierto? - Isaac lo observó algo asustado. Stiles se acercó y le acarició el rostro.
- Por supuesto que no, mi cachorro.

Derek lo observaba atento, sonrió al ver que Stiles era como una madre para sus betas.
- Derek, ¿qué pasa?
- Nada, estoy bien.

Stiles lo observó y sonrió, sabía lo que estaba pensando. El menor usó telepatía para que el lobo se levante y abrazara a ambos. Derek lo observó confundido.
- ¿Qué hiciste?
- Algún que otro truco. - el menor rió.
- Eres muy poderoso.

El menor deshizo el abrazo y tomó el celular de Derek.
- Hijo, no lo hagas.
- Papá, tengo que hacerlo.
- Con un demonio, traeré a Noah aquí.
- Esto ya no es asunto de ustedes dos.

El menor marcó un número que ni siquiera se sabía, pero se dejó llevar por su intuición, o más bien, por si mismo.
- Academia Snow, ¿quién habla?
- Tengo que hablar con la suprema.
- ¿Me podría decir su nombre, por favor?
- Ella ya sabe mi nombre, lo ha visto en sus visiones.
- Espere un minuto.

Derek lo estaba observando muy curioso, ¿qué estaba haciendo?
- Theresa Snow, ¿quién habla?
- Soy yo.
La mujer se quedó callada un momento.
- Mis brujas y yo te encontraremos.
- No es necesario, mañana mismo estaré en su academia, tenemos que hablar de algo urgente.
- Eres el demonio, no puedo confiar en tí.
- A mi soulmate lo han amenazado unos hechiceros del siglo XVIII buscando venganza por su antigua familia.
- ¿El anticristo con un soulmate?
- Tienen que ayudarme, sé que ustedes y los hechiceros tienen un tratado, pero puedo hacer que ellos desaparezcan en un minuto, solo... déjenme ir mañana mismo a su Academia, necesito algo de... entrenamiento.
- ¿Tu padre no te enseña bien?
- Al contrario, es un gran maestro, es solo que necesito algo de... feminidad.
Un silencio se escuchó en el teléfono, ella suspiró.
- Está bien. Te esperamos.

Stiles colgó el teléfono y observó a todos en la sala.
- Te estás metiendo a la boca del lobo.
- ¿Qué? - dijo Derek.
- Es un dicho, no lo tomes mal.
- Llamen a la manada y empaquen pocas cosas. - Stiles observó a cada uno en la habitación. - Iremos a Cape God.

En Cape God:

Theresa reunió a su aquelarre en el comedor, las chicas estaban inquietas, aunque una entre todas sabía lo que estaba ocurriendo.

- Theresa, dinos, ¿qué sucede?
- Tendremos a un invitado.
- ¿Qué?, ¿Quién? - preguntaba cada una de las mujeres.
- Tendremos al anticristo en nuestra presencia.
- ¡Dios mío, Theresa!, ¡¿te has vuelto loca?!
- Nos ofreció un trato. Uno donde los hechiceros no están incluidos.
- ¿El anticristo ofreciéndonos protección a nosotras antes que a sus genes?, esto es... raro.
- Lo he visto, él es peculiar, no tiene maldad en su corazón, pero... lo tendrá. Y eso me aterra.
- Yo también lo he visto. - dijo una chica. - Ví su rostro desfigurándose. El odio, la rabia, la decepción y el dolor en sus ojos castaños.
- Alexandra, querida, ¿cómo viste eso? - dijo la anciana Zoe.
- Es su destino. - susurró la chica y Theresa al mismo tiempo.

Theresa se acercó a la chica y tomó sus manos, mientras tuvo una visión. Ella se encontraba peleando junto al muchacho, el chico tenía unas hermosas alas negras, volaba junto a un lobo enorme de color negro y ojos rojos profundos.
- Un alfa verdadero. - susurró.
- ¿Qué?
- El anticristo y su soulmate.
- ¿Tiene un soulmate?
- Es un hombre lobo.
- Entonces, ¿para qué quiere nuestra ayuda, si él tiene a un alfa verdadero y él es el mismo demonio?
- Lo averiguaremos mañana.

La mujer acarició las manos de Alexandra y se alejó, volviendo a donde estaba.
- Vayan a descansar, mañana será un largo día.
Todas se levantaron y se fueron a sus recamaras.
- Vaya, así que ahora también tienes visiones, ¿no, Alex?
- Déjame en paz, Natalie.
- No lo haré, sé que yo seré la próxima suprema, así que ni siquiera intentes algo contra mí.

La rubia elevó a la chica ahorcándola con sus poderes.
- Eres débil, por eso jamás serás la suprema.
Natalie la soltó, se rió y dejó a la chica en el suelo.

Alexandra se tocó el cuello y caminó hasta su habitación, azotó la puerta y rompió en llanto.
- ¿Por qué es tan mala conmigo?
- Ella sabe que tienes el potencial para superarla. - dijo un chico.

La chica se sobresaltó y se pegó a la pared.

- ¿Quién eres?
- Creo que ya me conoces.
Alex lo observó muy bien antes de darse cuenta. - ¿Eres... eres...
- Soy Stiles Stilinski, y vengo a ayudarte.

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