Joanna.

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NOTA: Gracias de verdad por todo su amor a esta historia, este capítulo es fuerte pero necesario. Hablo de sentimientos sobre todo. Espero les guste. Por fa comenten y voten gracias. Los amo.

                                                                                           -o-


Arya se había acomodado en una rutina buena en Winterfell, se levantaba de madrugada para patrullar y asegurarse que todo estuviera en orden, después entrenaría a su grupo de jóvenes que habían pedido que la heroína de Winterfell, la portadora del amanecer los entrenara. Ella había sonreído y aceptado por supuesto. Después de entrenar a estos jóvenes, ella se apresuraba a despertar a su pequeña hija y romper el ayuno con su familia. Era extraño estar juntos y con las nuevas adhesiones como Meera.

Pero era un buen día, o al menos eso lo había creído. La loba Stark subió hasta llegar a la habitación de su pequeña hija quien dormía plácidamente. Ella sonrió al verla, sus cabellos lisos y negros estaban todos desordenados, dormía con muchas pieles encima porque definitivamente no estaba familiarizada con este clima frío extremo.

Ella sonrió con tristeza ante el recuerdo.

FLASHBACK

Una vez que el acto de amor fue consumado, Gendry la sostuvo en sus brazos, ella se congeló por un momento por la acción pero decidió dejar que la sostuviera. Debido al acto que acababan de compartir no tenían frío, o al menos eso fue lo que pensó hasta que vio cómo su estúpido toro estaba temblando.

-¿Qué te pasa estúpido?- ella dijo con voz amable.

-Realmente Arya, hace un frío de mierda.

Arya resopló.

-Ustedes sureños que se quejan del clima y realmente no hace, al menos aquí en este momento no.

Gendry la miró a los ojos con más amor de lo que ella creía merecer y rápidamente bajó la mirada. Pero el toro no la estaba dejando ir tan fácil. Él la tenía abrazada mientras ambos estaban de lado con sus piernas entrelazadas todavía, cualquiera pudiera haberse sentido avergonzada después de haber compartido algo tan íntimo pero no ellos, era como si siempre había estado destinado que pasara. Y eso definitivamente daba miedo. Miedo a lo que podría pasar una vez que los cuernos sonaran y la batalla empezara.

-Arya yo...

-No digas nada por favor- ella le dijo con mucho cariño-

-No déjame decirte que siempre te he querido y que me hayas permitido estar así contigo, verte de esta manera es algo que jamás voy a olvidar. Y que si me toca partir de este plano al salir a la batalla para regresar con los dioses lo aceptaré porque he sido el hombre más feliz y eso es debido a que te conocí.

Arya abrió la boca para protestar pero el toro la silenció con un beso en los labios. Ella correspondió ese beso por supuesto.

-Trata de descansar un poco- él le había dicho mientras ponía su capa encima de ella- Yo te cuido- él le dio un beso en la frente en señal de protección.

Ella no la necesitaba sin embargo estaba amando cada momento que estaba pasando con él.

Arya sonrió al ver la capa de Gendry sobre ella, sabía que él no tenía ni la más mínima idea de lo que significaba.

La promesa de cuidarla se rompió porque el toro se durmió profundamente. Ella solo logró pensar en el miedo que sentía de perderlo. No podía morir, él no, su familia tenía que vivir porque ya habían perecido tantos.

UN AMOR SIN FINAL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora