NOTA: Gendry y Arya no la tienen tan fácil. Ambos son muy tercos y nos daremos cuenta de cómo piensan en este capítulo. Espero les guste. Por favor voten y comenten que yo feliz de leerlos. Los quiero.
-o-
Gendry suspiró, habían pasado varios minutos desde que estaban aquí. Ni ella ni él se habían decidido a empezar la conversación, aunque él sabía que debían hacerlo, por el bien de Joanna.
-¿Por qué no volviste cuando te enteraste que estabas embarazada, Arya?- la voz del toro era tranquila pero segura, quería que ella se diera cuenta que debía sincerarse con él. Salir huyendo con su hija, ya no era una opción-.
Arya Suspiró, no tenía caso seguir alargando la conversación.
-Cuando me di cuenta, estábamos muy lejos, en la nada, realmente- ella sonrió con tristeza- yo no lo noté, jamás he sido de tener mi sangre de luna todos los meses, así que nunca sospeché- ella estaba siendo sincera- hasta que una buena mujer que viajaba conmigo me vio un día y me preguntó, ¿Cómo se me ocurrió venir a parir a medio mar sin nadie que me auxiliara?- ella recordó ese momento tan claramente, pensó en esa buena mujer que le había ayudado.
-Por supuesto que no le creí, pero los mareos se volvieron más seguidos y las náuseas que yo siempre atribuí al hecho de que estaba en un maldito barco en medio de la nada- ella dijo un poco molesta- Pero cuando mis pantalones ya no me cerraron, lo supe, algo estaba creciendo dentro de mí. Un hijo, cuando los dioses saben que yo nunca lo creí posible.
-¿Por qué nunca lo creíste posible?- Gendry tenía curiosidad.
-¿Recuerdas mis cicatrices?-él asintió- Bueno, atravesaron todo mi vientre, la persona que me curó en esa ocasión me lo dijo:
-No creo que crezca semilla de ningún hombre en tu vientre, niña- Lady Crane había sido sincera.
-No tengo intención que crezca nada- Arya había dicho segura.
-Yo no supe qué hacer, no podía pensar bien, por un lado quería regresar y decirte que estábamos esperando un hijo.
-Lo hubieras hecho, Arya, nunca te hubiera dejado que pasaras por todo esto sola- el toro no estaba feliz.
-Tenía miedo- ella dijo en voz baja.
-¿Arya Stark con miedo?- Gendry bufó- Eso es imposible, siempre dijiste "el miedo corta más profundo que las espadas".
-Tenía miedo de volver y encontrarte con otra mujer, tenía miedo de que fuera demasiado tarde- ella se confesó.
-Tú me rechazaste- él le recordó.
-Tú me pediste que fuera algo que jamás he sido Gendry.
Gendry se puso de pie y se pasó las manos por la cara.
-¡Me equivoqué!- él dijo molesto- Maldita sea, una palabra errónea y echaste por la borda todo el amor que te profesé, Arya, no creo que eso fuera justo.
-Me pediste que fuera tu esposa, la Lady de Storms End- ella dijo enojada también- Creí que nadie mejor que tú me conocería. Querías convertirme en algo que nunca fui, yo no soy como Sansa o mi madre- ella dijo casi gritando.
Gendry sonrió con tristeza.
-Entonces nunca me conociste en realidad- él dijo agobiado- Sino te hubieras dado cuenta que lo único que siempre quise fue una familia... contigo. Nunca te hubiera pedido que fueras algo que no eres, Arya. Eso es muy claro.
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UN AMOR SIN FINAL.
RomanceArya Stark regresa a Westeros después de cinco años. Su vida ha cambiado y su familia y sus seres queridos han seguido adelante. Ella debe tomar una decisión muy importante. ¿Qué hará? Una historia Gendrya TERMINADA.