El Director Stark. (Starker)

18.

Todo está bien.

Era difícil para Peter ocultar sus sentimientos, aunque sus actuaciones no eran del todo malas, el señor Grayson le dio indicaciones muy claras, pero no podía, siempre había algo que se lo impedía, o quizá era él quién buscaba una excusa, una manera hábil de evadir ese tema, siempre era así, y es que de veras que no quería perder todo lo que tenía con él, no quería. Y no estaba dispuesto a perderlo todo por sus sentimientos.

Mientras que Tony seguía con el mismo dilema pero de diferente forma, ¿se le había subido el ego al pensar que él era el hombre por el cual Peter había notado su homosexualidad? O solo lo malinterpretó.
No, eso era más qué obvio, Peter estaba enamorado de él; de un hombre mucho mayor lleno de defectos, pero ¿acaso había alguien sin ellos? Peter miraba en él el cielo, Peter no tenía tiempo de notar sus defectos admirando sus cualidades, y ni hablar de Tony quien hacia exactamente lo mismo.

Eran como dos adolescente enamorados, temiendo de lo que pudiese pasar.

Ese día Peter llevó al señor Stark al lugar donde normalmente iba en su niñez –cuando su madre no era una alcohólica– el lugar con los mejores hot cakes de la zona, era un lugar ostentoso, un lugar que alguien cómo Peter visitaría.

—¿Es aquí? —preguntó el mayor quitando sus gafas y estacionado el automóvil.

—Sip, el mejor lugar para desayunar unos deliciosos hot cakes —habló Peter, y es qué habian ciertos lujos que los fines de semana les brindaban.

—Bien, vamos —dijo Tony saliendo del vehículo y poniéndose de nuevo las gafas.

Peter adoraba cada movimiento que el mayor realizaba, así fuese el más mínimo para Peter era un movimiento con gracias y estilo, y aunque no podía admirarlos como quisiera, apreciarlos con el rabillo del ojo era suficiente.

—Adelante señor Parker —cedió el paso al menor.

Peter sonrió evitando sonrojarse y pasó primero, Tony sonrió de manera triunfante y jocosa.

Se ubicaron en una mesa, el lugar no estaba lleno de gente pero si estaba medianamente habitado.

—¿Que vas a ordenar? —preguntó el mayor tomando el menú.

—¿Que no es obvio? Hot cakes. Son deliciosos.

—Buenos días, señores, ¿que van a ordenar? —preguntó la camarera del lugar con una deslumbrante sonrisa.

—Yo quiero de lo que el chico pida, linda —dijo Tony con una sonrisa pronunciada.

Peter sonrió mirando el menú, no tenía porque verlo, sabía lo que ahí se consumía, pero se ponía nervioso al ver al mayor con una linda sonrisa.

—Pediremos hot cakes y jugo de naranja —ordenó Peter con cierta timidez en su hablar.

—Por supuesto señores, su orden estará lista en breves minutos, feliz día —dijo la camarera alejándose del lugar.

Tony hizo una mueca de que le agradaba el lugar.

—¿Y ya me vas a decir?

Tony es de esas personas las cuales no pueden guardarse una pregunta, sea cual fuese tenía que hacerla.

—¿Qué? —preguntó Peter frunciendo el ceño.