El Director Stark. (Starker)

26.

Verdades y miedo.

Sentía frío, su cuerpo temblaba del mismo sentir, sumandole también el intenso miedo que se apoderaba de él, quería safarse de ese agarre en sus muñecas y salir corriendo muy lejos de ahí y del maniaco de Flash. Y quizá mudarse a otro país.
Había un ensordecedor silencio además de una vibra escalofriante, lo único que Peter escuchaba era su corazón bombear sangre apresuradamente y su respiración alocarse con cada segundo que pasaba.

Con la poca cordura que aún habitaba su aterrado cuerpo, supo que ya no se encontraba en aquella camioneta en la que lo metieron a fuerzas en el estacionamiento del instituto; la pregunta ahora era ¿a dónde lo habían llevado? ¿Saldría vivo de esa?
De seguro no, y al borde de la muerte –según él– estaba muy arrepentido de muchas cosas, quizá debió decirle a su madre que si la quería, a pesar de sus malos tratos sí la amaba, quizá también debió decirle a su tía que era la mejor, que la quería demasiado, le agradecería todo lo que hizo por él, y le pediría perdón, porque el no era tan valiente como ella creía.
Y al señor Stark... quizá debió decirle otro "te amo" uno que sonara más sincero y convincente de lo normal, quizá debió abrazarlo mas fuerte y besarlo con mas fuerzas la última vez que lo vio. Peter solo quería ver a aquel hombre sonriendo, ver su cara llena de esos rasgos inigualables, ver sus ojos que eran el más complicado laberinto y la más bella obra de arte que jamás alguien vio; para que le dijera que todo iba a estar bien, y que su promesa aún estaba en pie, pero de seguro nada de eso iba a suceder.

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Ya era hora del almuerzo, y Tony no había observado en ningún momento a Peter, normalmente el menor siempre era la sombra de Tony, haciendo que "por casualidad" se toparan y dieran una corta pero muy amena charla.
Pero esa vez no se lo había encontrado por ningún lado, y vaya que buscó, claro, de manera disimulada.
Resignado y pensando que quizá Peter no había asistido al instituto se dirigió al salón de Rogers. Debía corroborar su teoría.

—Eh, Tony —saludó el ojiazul— ¿Como estás, hombre, que sucede?

Tony le estrechó la mano al rubio, éste se puso de pie y esperó a que Tony hablara.

—Bien, muy bien, solamente... —pensó por segundos una excusa—, quería discutir unos detalles sobre las tutorías con Peter Parker, ¿lo has visto? —habló serio, sin titubear, seguro de si mismo, para que no hubiese la mínima sospecha.

El rubio pensó por segundos.

—No, de hecho es extraño Peter es muy responsable y puntual, nunca había faltado, quizá enfermó y por eso no pudo venir... tendrás que esperar —habló el rubio seguro y sonriente.

El timbre sonó cuando el rubio hablaba, anunciando a los estudiantes que debían volver a sus respectivos salones, y Tony notó como todos los compañeros de Peter ingresaban al mismo, pero habían dos pupitres vacíos.

—¿Quién fue el otro que no asistió? —preguntó Tony observando aquellos espacios vacíos.

—Ah si, Flash Thompson, pero eso ya no es algo que me sorprenda —dijo Rogers, era obvio para él que Flash era un bueno para nada... o quizá si era bueno para algo.

Tony asintió de manera extraña incluso para él.

—Gracias, Rogers, nos vemos —dijo saliendo del salón algo apurado.