El Director Stark. (Starker)

23.

Sin ti.

Las clases habían seguido con aparente normalidad para Peter y sus demás compañeros.
El ciclo escolar estaba entrando en su penúltima etapa de clases y todos estaban felices por ello, en especial aquel joven castaño, ya qué imaginaba cómo sería estar con el señor Stark todo el tiempo, no unas horas, sino todos los días... Peter no pensaba en las complicaciones y en los demás problemas que impedían aquel sueño, solamente pensaba en él y en Tony estando juntos. 

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—Visto que no me vas a obedecer voy a optar a actuar cuanto antes —escupió Mary con aquel semblante serio.

Peter estaba aterrado y enojado, ¿que que se refería?

—¿De que demonios me hablas? Te he obedecido en todas tus tontas reglas.

—¿Acaso crees que soy estúpida? Te he estado observando y siempre vas a esa pocilga con ese...—buscó la palabra por segundos— hombre, ¿Creias que al disminuir tus visitas no lo iba a notar? —bufó la mujer en tono dominante.

Peter estaba asombrado y con las manos hechas un puño, ¡Lo estuvo espiando!

—¡¿Me has estado espiando todo este tiempo?! Demonios, ya soy mayor de edad y puedo hacer lo que quiera... odio que siempre me tengas atado a ti y a esta estúpida casa, para ti solo existo cuando quieres acabar conmigo y con mi felicidad, ¡Tú no sabes lo que siento por él! —respondió Peter exaltado, rojo de furia y quizá con ganas de llorar pero no de tristeza sino de ira.

—Dejate de tus cursilerías tontas, ese no es el punto, te he advertido todo previamente y decidiste no obedecerme, ahora ese director de cuarta va a saber quien soy...

—Ni se te ocurra.

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—Tony, quisiera hablar contigo un momento —habló el señor Hoffman.

Tony acababa de entrar a aquella sala con una actitud radiante, misma que quizá no duraría tanto.

—Por supuesto, vamos a mi oficina —ofreció el señor Stark con una evidente sonrisa.

Pero, algo andaba muy mal, ya que todos le miraban raro, entre ellos Steve, Natasha, Bruce y varios docentes más. ¿Qué demonios había hecho? De seguro era por la cafetera que había quebrado.

Ambos se encontraban saliendo.

—¿Quien rompió la cafetera? —preguntó Bruce; el profesor de química.

Tony apresuró su paso a salir de aquel lugar, no estaba dispuesto a tener que pagar para que hicieran más de aquel líquido que sabía a agua de calcetín, y no necesariamente uno limpio.

El camino hacia la oficina no era tan largo, pero por la tensión causada por la seriedad de Hoffman se sintió más que un corto pasillo.

Una vez adentro y acomodados se dispusieron a hablar.

Tony desabotonó el botón su saco y se sentó entrelazando sus dedos, tenía curiosidad porque tanta tensión.

—¿Que sucede? —preguntó Tony enmarcando las líneas de expresión de su frente.

—Eso mismo quería preguntarte yo, ¿qué pasa con... Peter Parker? —preguntó Hoffman, buscando algún atisbo de nerviosismo de parte del director.