Conforme el tiempo pasaba, Seonghwa se creó un falso concepto de felicidad: trabajo, amigos y un gato; según él no necesitaba nada más. Los chismosos que tenía por amigos: Yunho y Mingi se encargaron de mostrarle que, por más que trate de evadirlo;...
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{. Ω .}
— Te digo que un techo de tres aguas queda perfecto para una plaza —
— ¿Perdón? —Seonghwa quedó estupefacto ante tal afirmación— El techo de un agua es perfecto—le dijo.
Su jefe, un tipo serio que parecía no tener expresión alguna, alguien que envés de persona parecía una roca.
Él, Seonghwa y otros trabajadores más se encontraban en una discusión por los planos de un supermercado que sería construido en uno de los lugares alejados de la capital donde se encontraba viviendo.
No era nada del otro mundo, claro; lo que era infernal era elegir el diseño y la estructura, pero cuando estas quedan finalizadas todo lo demás era pan comido.
Pero volviendo al escenario actual... El menor de todos los que se encontraban allí tenía ya una riña contra su jefe.
Pero podía decirse que era "justificado", aquel viejo se la pasaba menospresionado su trabajo con comentarios disfrazados.
"No hagan las líneas como Park"
"No dejen que Seonghwa haga el plano"
"¿Seonghwa y dibujo?¡Eso no puede ir en la misma frase!"
Cuando apenas había empezado a trabajar allí pensó que todos esos comentarios se los merecía, pero su sorpresa fue grande al darse cuenta que no era el único al que le "disfrazaba" sus comentarios.
Misteriosamente si captaba las indirectas hacia algunos de sus compañeros, pero no las que aquel señor le dirigía a él; empezó a darse cuenta de los comentarios disfrazados gracias a que empezó a comparar aquellas críticas destructivas con las "sugerencias" que le daba su jefe.
Así fue se dió cuenta de eso, al primer instante quiso preguntarle el porque, pero sus ganas de confrontarlo se esfumaron al enterarse que el compañero que se había "revelado" había sido despedido.
Así fue como había llegado a soportar aquellos comentarios, aunque claro, cuando estos se pasaban de tono suele reprender a aquel señor diciéndole hasta de lo que se iba a morir.
Pero bueno, volviendo al escenario actual... Este no se encontraba muy pacífico que digamos.
Después de escuchar sobre aquel techo de tres aguas en una plaza comercial simplemente no lo terminaba de procesar.
Ese dichoso techo era bastante difícil de construir, eran como una cadena de cerros; cosa que de por sí es algo maravilloso que nos da la naturaleza.
