Conforme el tiempo pasaba, Seonghwa se creó un falso concepto de felicidad: trabajo, amigos y un gato; según él no necesitaba nada más. Los chismosos que tenía por amigos: Yunho y Mingi se encargaron de mostrarle que, por más que trate de evadirlo;...
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{. Ω .}
Aquel niño parecía tan indefenso, llorando mares por sus diminutos ojos; su tamaño no ayudaba, parecía que era un niño de un año.
Pero algo le decía que no era así, una... ¿Corazonada?
Se sacó esa idea de la cabeza y se acercó al niño.
— Hey... ¿Estás solo? —
Ante aquella pregunta el niño lloró aún más fuerte, pero ahora gritando un "¡Tía Yoorim!" bastante fuerte. El adulto se asustó un poco gracias Abla voz tan aguda del niño.
— ¿Tú tía Yoorim te dejó aquí? —
— ¡Es mala!¡Muy mala! —gritó con todas sus fuerzas.
— Auch —dijo para el más pequeño.
Después de eso se puso al lado del niño; no era que no pensaba ayudarlo, si no que... ¿Qué podía hacer?
Lo máximo que podría hacer era llevarlo a una comisaría cercana para que alguien lo intentara localizar. Por lo que no tardó mucho en acercarse al niño con la intención de cargarlo.
Era evidente que aquel menor no lo dejaría cargarlo, pero insistió hasta que se dejó cargar; como era de esperarse el menor estaba mojado de tanto miedo.
No le importó mucho aquello, caminó alrededor de 5 cuadras para llegar a la comisaría, pudo haber utilizado su coche pero ni siquiera traía el vehículo consigo, lo había dejado en el estacionamiento de la empresa.
Cuando divisó la comisaría entró allí lo más rápido que pudo, una brisa helada se hizo presente y no quería exponerse él con un niño en brazos.
Al entrar sintió un calor reconfortante, dejando de lado la brisa helada de afuera; después que su calor corporal se restableció fue al escritorio donde había una mujer que probablemente estaría a cargo de las desapariciones.
— Disculpe —el adulto le habló a la mujer— Me encontré este niño por ahí, ¿No lo están buscando? —señaló al niño.
La mujer se inclinó un poco para ver al niño y rebuscó entre los papeles que estaban encima de la mesa, unos momentos después negó.
— Le recomiendo que se quede aquí hasta que algún familiar venga a reportar su desaparición —le dijo— Por cierto... ¿No es su hijo? —aquella pregunta le cayó como balde de agua helada, pero de todas formas ya sabía la respuesta.
