²¹Intentos

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{.   Ω   .}


Si de por si era imposible acercarse a Yeosang y a los gemelos, ahora era imposible.

Si bien había manejado tácticas como el maestro del disfraz pues ahora no solo debía manejar su disfraz, si no que también el no encontrarse con Yoorim.

¿Cómo diablos lo había encontrado?

Ahora no solo sabía que su nombre no era Mingyu, ¡Si no que ahora sabía que era el padre de los gemelos!

Si ese nivel de desgracias no era considerado como jodido no tenía idea en que nivel estaba su suerte.

Justo cuando había tenido un "acercamiento" con el rubio, ¡Pasaba eso!

No podía evitar sentirse enojado, pero tenía que controlarse, especialmente porque estaba en su auto enfrente de la guardería.

Pensar en el solo hecho en el que Yoorim podría delatarlo en cualquier momento le daba escalofríos y al mismo tiempo le daban ganas de vomitar sangre.

No había hecho un grandioso plan para que ahora, por un mínimo descuido sea pasado a la balanza.

Dejó de estresarse sabiendo que era algo completamente inútil para enfocarse en las dos bolitas de arroz que salían de un para nada agotador día de guardería.

Esperó un momento para que cierto rubio llegara por los niños o en su defecto, la dichosa tía.

Pero aquello no parecía cumplirse ni en cinco, ni en diez minutos, fue hasta media hora después que los niños cesaron su llanto al ver cómo una figura conocida les extendía los brazos con los ojos enrojecidos.

Solo alcanzó a ver cómo sus pequeñas mandu iban despavoridas dispuestas a pegarse a Yeosang y no dejarlo ir en cierto tiempo.


{.   Ω   .}


¿5 órdenes de alejamiento serían suficiente para mantener lejos al probable secuestrador?

La respuesta era un no, la terquedad del tipo era tan insoportable que muchas veces solo quiso soltarle un golpe junto con algunas órdenes judiciales para mantenerlo alejado, pero pensándolo bien...

Eso no serviría de nada

Aquel día estaba siendo seguido por un tipo alto y terco que había decidido ignorar hasta que la garganta del tipo no tuviera otro sonido que hacer.

Entre todas las incoherencias que decía alcanzó a escuchar el nombre de sus pequeños y por fin le dió la atención que añoraba.


En la mira ❥╹Seongsang╹❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora