Capítulo 18

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"Fading Away"

Alejandra bajaba del auto que la había trasladado hasta la correccional de la ciudad con la esperanza de lograr ver y hablar con el chico del que había quedado enamorada

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Alejandra bajaba del auto que la había trasladado hasta la correccional de la ciudad con la esperanza de lograr ver y hablar con el chico del que había quedado enamorada.

Después de hablar con algunos oficiales ellos le permitieron verlo en la zona de visitas.

La chica tomó asiento en la sala a la que le habían indicado, miró a través del vidrio que tenía frente a ella y pudo ver como Adrián llegaba con las manos esposadas siendo llevado por un policía.

Al tomar asiento frente a ella y mirarla con una sonrisa para darle seguridad, la joven no pudo evitar suspirar y comenzar a sentir un nudo en la garganta.

- Me alegra que vinieras- sonrió el chico.

- No hiba a entregarte nada más y hacer como que nada pasó.- sentía como la voz se le quebraba- ¿Ya te sientes mejor?, ya sabes, en cuanto a la culpa.

- Bastante, y me siento orgulloso por esto y por no meter a los chicos.- respondió- Y muchas gracias a ti por hacerme este gran favor.

- Déjame decirte que no fue fácil, y no creas que te voy a dejar solo en esto- rió soltando lágrimas al mismo tiempo.

- Pero quiero que lo hagas, lo mejor que puedes hacer es vivir una vida sin mi- sonrió con mirada triste.

- Primero muerta que olvidar mis sentimientos por ti.- dijo ella firme- Tu me hiciste ver el mundo de otra manera, me enseñaste a amar y a no ser oportunista. Y en este momento lo único que me importa eres tú y lo que pasará con nosotros.

- Te amo Ale.- dijo sincero- Y por eso quiero que seas felíz sin mi, quiero que vayas a la universidad de tus sueños, que crezcas y formes una familia tan hermosa como tu. ¿Prometes que lo harás?

La chica miró al suelo por unos segundos hasta que se atrevió a contestar.

- Nunca te olvidaré, pero si decirte que lo haré y que podré seguir adelante sin ti te va a hacer felíz, entonces tu ganas- habló sin contener más las lágrimas.

El chico pegó su mano en el vidrio, a lo que la chica hizo lo mismo en una señal de tomarse de las manos.

Fueron interrumpidos por un guardia de piel morena, el cual se acercó a la chica y le tocó el hombro levemente.

- Disculpe, señorita Benavent,- dijo el hombre- su tiempo de visita se ha terminado, hay otras dos personas que quieren hablar con el joven Montesinos.

- ¿Otras dos personas?, ¿quiénes?- preguntó Alejandra.

- Tus reinas, darling- escuchó la chica, lo que le dejó muy claro quien era.

- ¿Qué haces aquí, Grecia?, dudo que tengas algo que ver en esto- se enfrentó Alejandra.

- Corrección, yo no tengo nada que ver contigo- dijo Grecia de forma diva.

- Y si estamos aquí es porque Adrián es nuestra familia, y aunque no lo creas estamos más envueltas en esto de lo que tu estás- habló Tania.

- ¿Ahora ya se quieren ustedes dos o qué?- alzó la ceja Alejandra.

- Porque no mejor te vas a descansar a tu casita y nos dejas hablar con Adrián, que ya me cansé de escuchar tu voz- dijo Grecia.

Alejandra estaba a punto de lanzarse sobre ella hasta arrancarle todo su cabello, sin embargo logró contenerse y se retiró del lugar dejando a las primas solas.

Tania tomó asiento, mientras que Grecia permaneció de pie junto a ella tratando de no llorar al ver al chico en esas condiciones.

- Gracias por venir a verme.- sonrió- Dudo poder ver a mi sobrino cuando nazca, no falta mucho para eso y yo no puedo salir de aquí.

- Eso no es precisamente cierto.- dijo Tania dejándo confundido al chico- Vamos a pagar tu fianza y lo sabes.

- No, no quiero que lo hagan- contestó el chileno dejándo extrañadas a ambas.

- Mira primito, yo sé que ahorita te sientes culpable y piensas pasar el resto de tu vida en prisión,- habló Grecia- pero déjame decirte que eso no va a pasar.

- Pues por eso les suplico que no lo hagan, si estoy aquí es porque me lo merezco, y no quiero vivir sabiendo que no pagué por mis crímenes- dijo el chileno firme.

- Pero que necesidad de pedirle a Alejandra que te entregara y de formar todo ese show en el colegio- rodó los ojos Grecia.

- Si, no era necesario que hicieras eso,- aportó Tania- además lo que hiciste fue en defensa propia...

- ¡Estoy cansado de que me digan eso!- espetó el chico- No importa si no quería hacerlo, lo que importa es que lo hice y la puta culpa no me dejaba dormir, ahora me siento bien.

- ¿Y qué?, ¿esperas que te veamos aquí todos los días y que todas nuestras fucking conversaciones sean a través de un vidrio?- se le notaba dolida.

- Grecia...- trató de calmarla Tania.

- Porque si piensas eso estás muy equivocado.- soltó Grecia- Yo te amo, y no solo como un primo.

Lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de ambos, mientras que Tania los miraba confundida pero al mismo tiempo trataba de borrar los pensamientos prejuiciosos. Ahora entendía la forma en la que habían actuado desde hace años.

- Cuando mi bebé nazca te traeré fotos para que lo conozcas.- sonrió Tania poniéndose de pie- Por ahora debo irme, los dejaré solos.

- No, ya nos vamos.- la detuvo Grecia- Pero quiero que sepas que nunca dejaré de amarte, siempre serás alguien importante en mi vida- soltó aún más lágrimas la chica.

- Te amo Grecia, las amo a las dos- sonrió.

Ambas le devolvieron la sonrisa y salieron del lugar con un extraño sabor de boca.

El chico salió del lugar y lo dirigieron hasta su habitación. Ya ahí, se sentó en su cama pensando en algo que no dejaba de rondarle la cabeza. Sin embargo tenía en cuenta lo mucho que dañaría a Alejandra, a Tania, a Grecia y a sus padres si lo hacía.

Horas después fue llamado a la cafetería de la prisión para cenar. El resto de los presos se notaban contentos debido a que ya no comerían el asqueroso puré de papa de solían preparar, sino un poco de carne de puerco partida en trozos disparejos.

Mientras Adrián hacía la fila teniendo una bandeja en las manos, observó como uno de los cocineros dejaba un cuchillo recién afilado en la barra para continuar picando la carne.

Las manos del chico comenzaron a temblar por la ansiedad, pero no se quedaría con las ganas de hacerlo. Mantuvo la vista fija en su objetivo, tomó el cuchillo y lo pasó de manera rápida por su cuello.

Pudo ver como la sangre manchaba a todos los presos cercanos a él, poco a poco perdió el control de su cuerpo dejándose caer y perdiendo la vida.

Soundtrack
Fading Away

Quedan dos capítulos y estoy muy emocionada!!!

Les mando un beso♡

𝑬́𝒍𝒊𝒕𝒆 𝒁𝒐𝒅𝒊𝒂𝒄𝒐 [𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora