Pateó una lata de bebida que se encontró en medio de la acera por casi aproximadamente tres cuadras; definitivamente su vuelta al trabajo no era como él se lo esperaba. Tal como le había dicho Ochako, debía retomar su rol de héroe de forma lenta y cuidadosa para evitar futuras lesiones, orden que Hawks se tomó muy seriamente ya que solo lo mandaba a patrullar las calles o a cubrir algunos delitos menores.
Odiaba no sentirse útil en su trabajo, detestaba no poder atrapar ni patear villanos como estaba acostumbrado; pero también comprendía que si no cuidaba de su cuerpo y salud todos sus esfuerzos, y los de Ochako, se irían por la borda.
Sintió un poco más de adrenalina cuando un villano robó las mochilas de un par de estudiantes y él tuvo que correr varias cuadras para poder alcanzarlo y lograr detenerlo; sí, que emoción para el gran Bakugo.
Recién era martes y sentía que su día se estaba haciendo eterno hasta que el llamado de Hawks solicitando su apoyo para una captura de rehenes en un banco cercano le devolvió un poco la sensación de satisfacción.
—Recuerda cuidar tu reciente lesión— le recordó su jefe al momento del llamado.
—No me digas que hacer— le respondió mientras una sonrisa de autosuficiencia apareció en su rostro al momento de partir en busca de adrenalina.
Al menos ese llamado había calmado, en cierta parte, sus ganas de golpear a todo el mundo.
—¿Ya te vas?— le preguntó Kirishima mientras estaban en los vestidores cambiando sus trajes de héroes por ropa normal.
—Ajá—le respondió de mala gana.
—Viejo, volviste al trabajo, al menos podrías sonreír.
—¡¿Como quieres que sonría cuando ni una puta explosión puedo hacer?!— le gritó cerrando la puerta de su casillero de forma brusca.
Estaba frustrado, sabía que sería contraproducente actuar de forma brusca pero era inevitable no anhelar lo que siempre disfrutaba hacer.
Kirishima lo observó con calma como hacía cada vez que él tenía una de sus explosivas muestras de mal humor.
—Solo será por un tiempo, bro— trató de darle apoyo moral a su amigo y compañero.
—Un tiempo mis pelotas— murmuró con el ceño fruncido como de costumbre.
—¿Y con esa boca besas a Ochako?— le preguntó en un nivel de voz más bajo de lo normal sin quitar el tono de burla.
Bakugo lo observó tratando de disimular su sorpresa mientras le mostraba una mirada amenazante al pelirrojo. Si bien el muchacho era su mejor amigo aún no le contaba cómo habían evolucionado las cosas con Ochako desde que ambos salieron del pub tomados de las manos, exactamente hace dos semanas.
—¿De qué mierda hablas?
—Vi la fotografía antes de que la quitaran de las redes— le explicó con voz tranquila mientras cerraba su casillero — A pesar de que ese día estaba ebrio se que se fueron juntos .— elevó sus cejas con picardía mientras Bakugo hacía una mueca con su boca.
—¿Podrías cerrar tu bocota, pelos de mierda?
—Con eso me lo confirmas todo— sonrió con satisfacción. — Aún me duele que primero se enterara Mina antes que yo— fingió limpiar un par de lágrimas inexistentes de su rostro provocando que Bakugo lo miraba con desagrado.
—¿Cómo supo la cara de alien?
—Ella tenía sospechas desde que la llamaste hace una semana, luego lo confirmó con Ochako, la pobre comenzó a flotar cuando Mina la atacó con preguntas. — rió recordando como la heroína le relató el hecho al descubrir lo que ocurría con sus amigos.
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Dime que estará todo bien (KACCHAKO/BAKURAKA) Finalizada.
RomanceKatsuki salió de su edificio y pisó mierda de perro, llevaba días con un dolor insoportable en su brazo izquierdo y, como guinda del pastel, su novia le había puesto el cuerno. A sus 25 años Bakugo Katsuki lo tenía todo; su propio departamento, vehí...