Cerró la puerta de su departamento con más fuerza de la acostumbrada y se dejó caer con brusquedad mientras intentaba regular su respiración. Sus manos aún temblaban y recién se percató de las rebeldes lágrimas que habían escapado de sus ojos, su cabeza estaba hecha un lio a causa de la adrenalina en su cuerpo y no era capaz de procesar todo lo que había ocurrido hace unos minutos.
Temió por su vida, temió que Shindo lograra arrastrarla lejos y llevársela a quien sabe dónde pero a la vez estaba tan agradecida de que su cuerpo fuera capaz de mantener la calma y lograr reaccionar en el momento indicado para lograr escapar de las manos de su ex novio.
¿Por qué habrá vuelto? ¿Por qué justo ahora? ¿Qué es lo que quiere de ella? Esas preguntas pasaban por su mente pero no lograba encontrar una respuesta para tales incógnitas. Todo era un misterio para ella.
Ya más calmada se levantó del suelo y fue por un poco de agua, su garganta aún quemaba a causa de las grandes bocanadas de aire helado que tomó a causa de su reciente corrida. Su pecho ya estaba más calmado y con precaución fue a cerrar la puerta de su departamento con llave.
Tomo su teléfono y lo miró con duda, tenía una llamada perdida de Katsuki y no quería preocuparlo por su reciente incidente, pero sabía que si no lo hacía estaría faltando a su confianza como pareja.
—Mejillas — se escuchó la voz de Katsuki a través del teléfono.
—¿Qué tal estás?— preguntó sonriendo con alivio al escuchar su voz.
—Terminando de entrenar, ¿Qué tal tu día?
—Recuerda no sobre exigirte, Katsuki.
—No lo hice, además en el trabajo solo tengo que hacer patrullaje y es una jodida mierda, ya no lo soporto.
Ochako rio con gracia al escuchar las groserías de Katsuki, quizás la mayoría de las personas lo encontraban muy mal educado pero a ella le hacía gracia cuando el rubio explotaba o lanzaba palabrotas.
—Solo unas semanas más y podrá volver a patear traseros. — le alentó.
—Hawks y pelos de mierda de llevan toda la acción, hasta la cara de alien tiene más trabajo que yo— siguió quejándose y Ochako se lo imagino con su ceño fruncido— Aún no respondes mi pregunta, mejillas, ¿Cómo estás?
—Tranquilo, como siempre en el hospital— dio un suspiro y mordió su labio, ahora venía la parte pesada.
—¿Todo bien? — quiso saber Bakugo al percatarse del cambio en el tono de voz de la castaña.
—Katsuki, quiero que sepas que yo estoy bien— comenzó a hablar mientras el nerviosismo la invadía — Hace unos minutos fui a comprar comida y...Shindo me encontró otra vez.
—¡Mierda!— exclamó Katsuki con voz ahogada.
Uraraka juró escuchar una explosión en la otra línea y su nerviosismo aumentó.
—¡Katsuki! Estoy bien, de verdad, logré escapar gracias al gas pimienta que me diste y ya estoy en mi departamento
—Ese hijo de puta logró encontrarte Ochako, ¿Y si yo no te hubiese pasado ese puto gas? ¿Te hizo algo? responde por favor.
Ochako a pesar del tono de voz de Katsuki pudo percibir su última frase como una súplica.
—No me hizo nada, por favor quédate tranquilo.
—Y una mierda— volvió a gruñir sintiendo alivio al saber que Ochako estaba a salvo pero hecho una furia al pensar en que él hijo de puta pudiera estar rondando por ahí. — ¿Quieres que vaya a verte?
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Dime que estará todo bien (KACCHAKO/BAKURAKA) Finalizada.
Storie d'amoreKatsuki salió de su edificio y pisó mierda de perro, llevaba días con un dolor insoportable en su brazo izquierdo y, como guinda del pastel, su novia le había puesto el cuerno. A sus 25 años Bakugo Katsuki lo tenía todo; su propio departamento, vehí...