Capítulo 15

1.7K 128 56
                                    

Katsuki observó con atención las suaves facciones de Ochako. Para él era un deleite poder verla dormir con tanta serenidad, ella la mayoría de las veces caía rendida mientras veían alguna película o se acurrucaban en el sofá y él como de costumbre observaba su rostro tranquilo mientras ella descansaba.

Aún le costaba trabajo procesar toda la información recibida el día de ayer respecto a la vida de la castaña, tampoco podía suprimir la rabia y el enojo que despertó en él el saber todo el daño y dolor que recibió Ochako a causa de su ex novio. También sentía la necesidad de hacer algo, sabía que la castaña no era débil, era muy capaz y autosuficiente en casi todos los aspectos de su vida, pero de igual forma temía por ella.

No la infravaloraba, claro que no, pero temía que el enfermo de Shindo le hiciera algo. Confirmó de primera mano la reacción de Ochako a causa del trauma vivido en su adolescencia al volver a ver a esa mierda de hombre, temía que ella volviera a quedar paralizada de esa forma y que el estúpido aprovechara el estado de shock de Uraraka para dañarla.

Él comprendía el actuar de esa sabandija, gracias a su trabajo como héroe debía muchas veces pensar como villano para poder adelantarse a su siguiente movimiento; y sabía, muy a su pesar, que por las palabras que le dijo a la chica que él volvería.

Él estaba preparado para hacerle frente y reventarle el culo, pero también se iba a asegurar de que Ochako estuviera preparada al igual que él para darle batalla.

Con cuidado de no despertar a la chica, se retiró del calor que le brindaba su cuerpo y se levantó mientras los rayos de sol se colaban tenuemente a la habitación, debía asearse y aprovechar ese momento para pensar con mayor claridad.

El dulce olor a mocaccino le hizo despertar y de inmediato se percató de la ausencia de Katsuki a su lado, su lugar en la cama estaba frío por lo que concluyó que el rubio había despertado hace mucho. Una punzada en su cabeza comenzó a molestarla, era una molestia a la cual se había acostumbrado luego de llorar por largos periodos de tiempo por lo que hizo camino hasta el baño en busca de un analgésico y asearse.

No iba a negar que aún sentía temor respecto a la situación vivenciada el día de ayer pero sentía una liberación tremenda al contarle todo lo que cargaba a Katsuki. Fue inexplicable como esa tensión en sus hombros desapareció al sentir sus fuertes brazos rodearla, en como él le dio el espacio y tiempo necesario para abrir su corazón y no hacerla ver como una mujer débil e indefensa, sino en apoyarla y brindarle consuelo, en simplemente estar ahí para ella.

Pero también se sentía atemorizada en que Shindo volviera a encontrarla otra vez, esa sensación de temer por su vida era angustiante, se sentía como una presa a la espera de la llegada de su captor en completa agonía.

Se miró al espejo y dio un suspiro al contemplar su rostro, estaba hecha un desastre con sus ojos hinchados y levemente enrojecidos, sus labios secos y su cabello completamente desordenado. Se tomó un analgésico y trató de verse un poco más presentable.

Salió en silencio del baño y sonrió al escuchar ruido en la cocina, no iba a negar que se sorprendió al ver la mesa completamente lista para tomar desayuno y a los pocos segundos un Katsuki completamente vestido salió de la cocina quien cargaba una bandeja con lo que supuso eran cosas deliciosas para comer.

Sus ojos brillaron al verlo y este le dedicó una de sus sonrisas ladinas que tanto amaba. Con cuidado se acercó hasta depositar un suave beso en su mejilla.

—¿Todo esto es para mí? — preguntó esperanzada, notando como su ánimo cambió al ver dos de sus cosas favoritas por la mañana, Katsuki y la comida.

—¿Esa es tu forma de dar los buenos días? — Protestó Bakugo elevando una ceja.

Ochako asintió con una sonrisa y tomó asiento dándose cuenta de lo hambrienta que estaba y se sintió afortunada de tener a Bakugo en su vida.

Dime que estará todo bien (KACCHAKO/BAKURAKA) Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora