Capitulo 14

512 56 0
                                    


    DURANTE las siguientes horas, llegó la policía, examinó los daños y encontró marcas de neumáticos que no eran ni de su coche ni del de Jungkook.

—¿Tiene enemigos, señorita? —preguntó el policía.

—No que yo sepa —contestó ella, sin mirar a Jungkook—. Excepto que un hombre se empeñó en entrar en mi casa hace un par de días, con la excusa de buscar antigüedades. Y unos días más tarde, alguien intentó entrar a la fuerza. Lo denuncié en la comisaría.

—Sabemos a quién se refiere —dijo el policía—. Pero él no pudo pinchar las ruedas de su coche porque lo detuvimos ayer cuando intentaba entrar en una casa que tenía alarma.

—Ya veo —dijo Eunbi, pensativa.

—No dijo que hubiera estado aquí, así que lo interrogaremos de nuevo.

Más tarde llegó una grúa y el mecánico le prometió que estaría arreglado al día siguiente.

Con Jungkook a su lado, Eunbi vio cómo se alejaba.

—Gracias por tu ayuda, pero no hace falta que te quedes conmigo. Seguro que tienes otras cosas que hacer.

—He venido aquí a trabajar y no pienso irme a ninguna parte —dijo él con sequedad.

—¿Vas a dormir en el hostal del pueblo?

—No. Voy a acampar aquí durante un par de días.

—Pero si no hay electricidad, ni agua...

—Qué detalle que te preocupes por mí —dijo él, irónico—. Pero han conectado ambas cosas esta mañana y tengo que echar un vistazo al interior de la casa para ver qué reformas hay que hacer.

—Ya veo... ¿No te has traído a Buster?

—No. Lo están cuidando por mí.

—¿SunHee, supongo? —dijo ella, intentando suprimir el dolor que le producía repetir aquel nombre.

—Naturalmente.

—Bueno, espero que no siga lloviendo. El tejado está lleno de agujeros.

—No me pondré debajo de ninguno de ellos —dijo él con una sonrisa, antes de darse la vuelta.

Con un suspiro, Eunbi volvió a su casa, en la que Melusine la esperaba ronroneando.

—Traidora —murmuró Eunbi, acariciándola—. Vamos a ver qué podemos cenar —añadió, abriendo la nevera. No tenía mucha hambre y sólo tomó unas tostadas, mientras miraba la luz encendida en la casa del viejo Han. Debería haberla reconfortado, pero no era así. Por alguna extraña razón, la hacía sentirse aún más sola—. Estupendo. Lo único que me faltaba —susurró cuando empezó a oír los truenos. Intentaba concentrarse en un libro, pero Melusine, que odiaba las tormentas, no dejaba de dar vueltas a su alrededor, asustada—. Vamos, cariño. Lo mejor será que nos vayamos a dormir —añadió, tomando al animal en brazos. Cuando se estaba quedando dormida, la habitación se iluminó y un trueno aterrador pareció sacudir toda la casa—. Dios mío —musitó Eunbi, abriendo los ojos. No podría volver a dormirse, así que saltó de la cama y encendió la luz del pasillo para bajar a la cocina. La escalera se iluminó con la luz fantasmagórica de otro relámpago y, en ese momento, se fue la luz—. No, por favor —exclamó, irritada, bajando la escalera a tientas. Cuando llegó al pasillo se dio cuenta de que alguien llamaba insistentemente a la puerta—. ¿Quién es? —preguntó con voz trémula.

—Jungkook. Abre.

—Un momento —dijo ella, mientras buscaba tientas la llave.

—¿Te encuentras bien? —preguntó él, entrando en la casa.

No Man For Her - EUNKOOK +18 (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora