Capitulo 2

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  LIMPIA cristales —susurraba Eunbi, comprobando los botes de la caja—, lejía, detergente y guantes de goma —añadió, comprobando que estaba todo.

Melusine, una gata negra con los ojos verdes, la miraba con tristeza desde la mesa mientras estiraba una pata para tocar la caja.

—No pasa nada, tonta —sonrió Eunbi, acariciando al animal—. Tú vas a venir conmigo. Bueno, eso si te convenzo para que entres en tu cesta—de viaje —añadió suavemente—. Ya, ya sé que no te gusta. Pero llegaremos enseguida.

La cama, el platito y la comida de Melusine estaban en el maletero, pero Eunbi había escondido la cesta de viaje bajo el sofá, esperando el momento en que pudiera engañar a su mascota para que entrara en ella.

De hecho, había prestado más atención a las cosas de Melusine que a su propio equipaje porque sólo había metido en la bolsa vaqueros camisetas, jerseys y zapatillas de deporte. Una ropa cómoda para el trabajo que la esperaba.

Sus padres volverían al mes siguiente y quería que la casa de Goyang los recibiera limpia y reluciente.

Estaba segura de que irían allí en cuanto hubieran deshecho las maletas después de su viaje a Sudáfrica. La casa de Incheon seguía siendo la casa familiar, pero la de Goyang había sido su retiro favorito durante años.

Era una casa sin comodidades. No había televisión, teléfono ni calefacción, pero aquello eran sólo pequeños inconvenientes. A Eunbi le encantaba aquella casa y los recuerdos que había en ella.

Durante el invierno, los Kang cuidaban de la casa. Era un matrimonio al que conocían de toda la vida y los dos trabajaban en el puerto en el que estaba atracado el querido barco de sus padres el Naiad.

Yerin la mataría si supiera lo que iba a hacer, pensaba mientras llevaba hasta el coche la caja con los artículos de limpieza. Para ella sería inconcebible que alguien perdiera el tiempo durante las vacaciones en limpiar y pintar una vieja casa. E igualmente increíble que esa tarea fuera una decisión personal y que la encontrara terapéutica.

Eunbi se miró a sí misma en el espejo mientras se dirigía a la puerta con Melusine dentro de su cesta de viaje, maullando irritada. Los socios de Marchant Sung se llevarían una sorpresa mayúscula si pudieran verla en ese momento, con una falda vaquera y una vieja camiseta. Llevaba el pelo dentro de una gorra y zapatillas de deporte que habían visto días mejores.

Pero, después de todo, no iba a ver a nadie. No había otra casa en muchos kilómetros.

Al menos, una casa habitada. La casa de Han Jung Hyun, un viejo barbudo y antipático, permanecía vacía desde su muerte y estaba cayéndose a pedazos.

El señor Han era soltero y, aparentemente, no tenía parientes. Desde luego, nadie iba a visitarlo. Jung DongHyun, el padre de Eunbi, había hablado alguna vez de ponerse en contacto con sus abogados para hacer una oferta por la propiedad, pero al final nunca lo había hecho.

Quizá lo haría ella misma, pensaba Eunbi mientras conducía. Al fin y al cabo, estaba de vacaciones y tenía mucho tiempo libre.

Por otro lado, podría olvidarse absolutamente de todo y simplemente descansar. La idea era tentadora.

Pero el camino al paraíso no era fácil y lo descubrió pronto. Muchas otras personas habían decidido adelantar las vacaciones del largo fin de semana y se encontró con un atasco.

Una hora más tarde, y con dolor de cabeza, salía de la autopista y tomaba la vieja carretera que llevaba a la casa, escuchando los maullidos de protesta de Melusine.

No Man For Her - EUNKOOK +18 (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora