Capitulo 13

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   PARECES sorprendida —la voz burlona de Jungkook parecía llegar desde muy lejos—. Preferías pensar que era un ladrón, ¿verdad, cariño?

—Pero en lugar de eso, no eres más que un simple mentiroso.

—Nunca te he mentido, Eunbi.

—Me has hecho pensar que...

—Eso no es lo mismo —la interrumpió él—. Te he dado muchas pistas, pero nunca has querido escucharme.

—Me dijiste que habías venido aquí buscando un poco de paz —dijo ella, amargamente—. Pero durante todo el tiempo estabas planeando destruir este lugar.

—Hay demanda de urbanizaciones en esta zona —dijo él, encogiéndose de hombros—. ¿Por qué no voy a hacer una oferta?

—Porque esa propiedad era de tu abuelo. Es tu herencia.

—Muy emotivo —dijo él suavemente—. Mi abuelo era un egoísta que nunca quiso volver a ver a mi madre, ¿y yo voy a convertir su casa en un santuario? De eso nada —añadió—. ¿O por lo que estás preocupada es por tu propia casa?

—A mis padres no les hará ninguna gracia, desde luego —dijo Eunbi con dignidad.

—Entonces, en lugar de comprar, quizá deberías empezar a pensar en vender —dijo él—. El embarcadero completo será una proposición mejor aún.

—Jamás —dijo ella, con los dientes apretados, pasando a su lado.

—Espera. Creo que tienes algo mío.

—¿A qué te refieres? ¿A esta pieza de pornografía de segunda clase? — preguntó ella, mirando la acuarela que llevaba en la mano. Eunbi vio que la expresión de él se volvía tensa—. Tiene muchos talentos, señor Jeon. Pero ha elegido mal sitio para construir sus vulgares chalets adosados — añadió, subiendo la escalerilla a toda velocidad.

Jungkook intento seguirla, pero Buster se cruzó en su camino. Cuando llegó a cubierta, ella se dirigía a la escalera para bajar.

—Quiero que me devuelvas la acuarela —dijo él, colocándose entre la barandilla y la escalera.

—Y yo quiero que dejes en paz la casa de mis padres. Y que dejes de intentar plasmar tus asquerosas ideas artísticas en ella —dijo ella, rompiendo la acuarela en dos pedazos. Jungkook lanzó una exclamación, pero ella volvió a romper el papel y tiró los trozos al agua. Él lanzó una imprecación y cerró los puños, intentando controlarse. Después, dio un paso hacia ella.

—Eunbi, escúchame... —empezó a decir.

—No quiero escuchar nada —lo interrumpió ella. Le dolía decir aquello y le dolía pensar que él la había visto desnuda en la ventana, deseándolo, ofreciéndose— Vete de aquí ahora mismo —añadió, antes de levantar la mano para abofetearlo. Un segundo después, miraba con horror la marca que sus dedos habían dejado en la cara del hombre.

—Tiene un carácter muy fuerte, señorita. Y va tener que aprender a calmarse —dijo Jungkook dando un paso hacia ella. En sus ojos había un brillo desconocido y, de repente, la tomó en brazos. Eunbi intentaba soltarse, pero sus fuerzas no eran suficientes.

—Suéltame, maldita sea. Déjame en el suelo.

—Enseguida —susurró él, acariciando su pecho e inclinando la cara hacia ella. Cuando la boca del hombre rozó la suya, todo su cuerpo respondió inmediatamente. Sus labios se abrieron para recibir la caricia y un calor líquido se despertó en lo más íntimo de su ser.

Su razón le decía que lo rechazara, pero su cuerpo era esclavo del hombre.

La lenta exploración de los dedos de Jungkook sobre su piel no era suficiente. Sus pechos se hinchaban contra la tela del bikini, desesperados por una caricia de sus manos o su lengua en las endurecidas cumbres.

No Man For Her - EUNKOOK +18 (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora