Capitulo 7

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   NO QUERÍA recordar, pero las imágenes estaban allí, quemando en su cerebro. Todo lo que Mingyu había dicho, todo lo que había hecho...

Durante tres años, había luchado para olvidarse de ello, pero, una vez abierta la caja de Pandora, los dolorosos recuerdos se agolpaban en su mente.

Nada había vuelto a ser lo mismo desde entonces, aunque ella había intentado no darse cuenta.

—Mingyu, lo he intentado, de verdad —le había dicho.

—Obviamente, no lo has intentado lo suficiente —había dicho él, mirándola con dureza.

Apenas pasaba por el apartamento. Salía todas las noches y, cuando volvía, olía a tabaco y a alcohol. A veces, incluso le parecía notar un perfume femenino, pero se decía a sí misma que se estaba volviendo paranoica. En lo que no podía mentirse era en que Mingyu no la deseaba sexualmente. Después de aquello no tenía interés en tocarla. Y cuando ella había intentado tomar la iniciativa, él la había rechazado de una forma casi brutal—. Por favor, Eunbi, tengo suficientes problemas como para que insistas en el sexo. Déjalo de una vez.

Si le hubiera dado una bofetada, no se habría quedado más sorprendida. No había vuelto a intentarlo.

Y no era eso todo lo que tenía que soportar. Su jefe, Sung HyukJae, la llamó a su oficina y le llama la atención sobre su actitud en el trabajo y le advirtió que tendría que esforzarse más.

—Te contratamos porque eras muy efectiva, pero ahora parece que estuvieras siempre en otro mundo —le dijo su jefe—. Será mejor que te espabiles y que sea pronto —añadió—. Mira, tómate el resto del día libre y haz ese ejercicio que le pedimos a nuestros clientes que hagan. Haz una lista de tus objetivos y de los factores positivos y negativos que van con ellos. Después intenta eliminar los negativos. Nos veremos mañana.

Ella no discutió. Sabía que le estaban ofreciendo una última oportunidad y que había cometido un error llevando sus problemas personales al trabajo.

Mientras volvía a casa, iba pensando que tenía que hablar claramente con Mingyu. Su trabajo era precioso para ella y no podía ponerlo en peligro. Y tampoco quería perderlo a él. Tenía que luchar por conservar ambas cosas.

Empezaría por decirle cuánto lo amaba y que haría cualquier cosa para que las cosas volvieran a ser como al principio.

Cuando estaba llegando al apartamento, levantó la mirada y le sorprendió ver que había una ventana abierta. Era raro porque siempre dejaban las ventanas cerradas, pensaba Eunbi, acelerando el paso.

Subió las escaleras de dos en dos y, cuando introdujo la llave, vio que no estaba echada. Angustiada empujó la puerta, imaginando que habían robado y preparándose para una escena de devastación.

Pero el salón estaba como lo había dejado por la mañana, excepto que la chaqueta de Mingyu estaba tirada sobre el sofá y había un par de zapatos de tacón en el suelo. Unos zapatos que no eran suyos.

En ese momento, Mingyu salió del dormitorio vestido con un albornoz que apenas cubría su desnudez. Llevaba un cigarrillo en una mano y en la otra, dos copas de vino vacías.

—Vaya —dijo él suavemente—. Qué sorpresa. Al menos, no tendré que hacerte las maletas.

—¿Las maletas? —preguntó Eunbi, confusa—. No te entiendo.

—Sí me entiendes, cariño —sonrió él—. Quiero que te marches de mi apartamento. Y cuanto antes, mejor.

—¿Qué? ¿Quieres que... me vaya?

No Man For Her - EUNKOOK +18 (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora