HABÍA algo terapéutico en pintar, pensaba Eunbi mientras pasaba el rodillo por la pared.
Y algo simbólico también; era como borrar los errores pasados, como presentar una cara nueva y fresca ante el mundo.
Y ella había estado a punto de cometer un nuevo error. La clase de error que podía haberse convertido en una pesadilla.
Y Jeon Jungkook había sido el encargado de decirle cuál era su error. Aquello era irónico, pensaba mientras encendía la radio y buscaba una emisora de música clásica. Él le había parado los pies y había hecho que pensara con claridad.
Y debería estarle agradecida. Entonces, ¿por qué no se sentía aliviada? ¿Por qué no se sentía alegre?
La noticia de que Jungkook estaba a punto de casarse no debería sorprenderla. Era atractivo, económicamente solvente y tenía una edad en la que era normal pasar por la vicaría. Final de la historia.
A pesar de que no quería hacerlo, no podía evitar especular sobre cómo sería su novia. —¿Morena e intensa?, se preguntaba, ¿o la típica rubia chispeante?—. De lo que estaba segura era de que sería una mujer tan apasionada como él y ese pensamiento hizo que su corazón se acelerase.
Mientras miraba la pared, su mente empezó a crear imágenes de un Jungkook desnudo y poderoso en la cama, con los rasgos tensos y los ojos hambrientos, mirando a la mujer que era objeto de su deseo.
Un estremecimiento sensual la recorrió entera, desapareciendo en un momento y dejándola con una sensación de vacío.
Eunbi empezó a moverse con rapidez, despertando de su ensueño, volviendo a la realidad. Y en la realidad, descubrió con irritación, había dejado caer gotas de pintura al suelo. Murmurando un exabrupto, limpió las manchas con un paño húmedo y después de dedicó a pasar el rodillo aún con más energía que antes.
Debería concentrarse en el trabajo que estaba haciendo, se decía, y no volverse loca pensando en una chica a la que no conocería nunca.
Melusine, que había estado dormitando al lado de la ventana, se estiró y se dirigió con la cola levantada hacia la puerta, la señal de que necesitaba salir para hacer sus necesidades.
—Qué inoportuna —dijo Eunbi, soltando el rodillo y yendo a abrir la puerta para su caprichosa mascota. Mientras lo hacía, se dio cuenta de que había alguien detrás de la puerta, pero no le dio tiempo de parar a Melusine, que se dirigía a toda velocidad hacia el intruso. Era Jungkook y estaba haciendo algo en la puerta con un destornillador, mientras Buster dormitaba a su lado con toda tranquilidad. No lo había oído antes porque tenía la música alta.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó, sobresaltada.
—Hola —dijo Jungkook—. Espero no haberte asustado. He llamado a la puerta, pero tenías la música puesta y no me has oído. Estoy poniendo una cadena —añadió, señalándola—. Para que no vuelvas a tener problemas.
—¿Una cadena? ¿De dónde ha salido?
—De la otra casa —contestó Jungkook.
—¿Quieres decir que la has robado de la casa del señor Han? — preguntó, incrédula.
—Prefiero decir que la he tomado prestada —sonrió él.
—Pero el hecho es que has entrado en una propiedad que no...
—La puerta no estaba cerrada. Aquella era otra de las cosas de las que tendría que hablar con los de la inmobiliaria. Al fin y al cabo, ellos eran responsables de la propiedad.
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No Man For Her - EUNKOOK +18 (Adaptación)
Storie d'amoreDespués de una desastrosa relación, Jung Eunbi, una ejecutiva de éxito, había abandonado la idea de volver a encontrar el amor. Pero entonces conoció a Jeon Jungkook... un hombre tan atractivo e inteligente, que parecía salido de una de sus fantasía...