🍫 Prólogo

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Atelophobia:
miedo extremo a no alcanzar la perfección
en cualquiera de sus acciones, ideas o creencias.❞




[Munich, Alemania]

Minna (Tn) tenía 9 años. Había nacido en un burdel, del encuentro entre una joven prostituta y un hombre millonario que se aburría de su quejosa esposa.
Era pequeña y muy delgada debido a su pobre alimentación, bastante pálida al no ver la luz del sol, de corto y rizado cabello rubio y ojos color miel; era muy parecida a su madre, por suerte y maldición.
Había crecido en ese burdel junto a las otras hijas de las demás prostitutas y las niñas que compraban en una red de trata. Las niñas se las tenía entrenándolas psicológicamente para que cumplieran su deber de "complacer hombres" a partir de los 13 años; al contrario, los niños eran vendidos a adinerados matrimonios que no podían concebir, hombres extraños o dejados en orfanatos.


La pequeña despertó cuando escuchó a un bebé llorar, soltó un quejido y se incorporó; observó a su alrededor, viendo a las demás niñas dormir. Suspiró, se levantó y tomó a la bebé en brazos, para buscar a la madre.
Llegó a un cuarto, dejó a la bebé en el suelo y abrió la puerta con cuidado, viendo en la cama a una mujer castaña durmiendo desnuda junto a un hombre; se acercó a ellos y despertó a la fémina.

– Uhmm... –abrió los ojos, viendo a la niña.– ¿Qué quieres, Minna? –preguntó molesta, revisando que el hombre a su lado siguiese dormido.

– Harper está llorando, me despertó –bostezó, restregando uno de sus ojos.

– Maldi... –suspiró.– Ya voy. Lárgate –ordenó en voz baja.

La pequeña salió del cuarto, tomó a la bebé y esperó. Segundos después salió la mujer, vestida pero con la ropa y el cabello desalineados; tomó a la bebé y comenzó a caminar.

– ¿Qué hora es?

– Las 7:15.

– Bien. Largo.

La niña asintió y se volvió al cuarto que compartía con las demás, se acercó a su cama y tomó una sábana para envolverse con ella, ya que hacía mucho frío en el invierno en aquella habitación.

[Noche]

Como todas las noches, el burdel abrió para su público masculino.

La pequeña rubia se dirigió al cuarto de su madre, cerró la puerta al entrar y la miró.
La mujer estaba en ropa interior y con el cabello despeinado, y había sacado una pequeña bolsa del cajón de su mesa de noche la cual contenía un polvo blanco; hizo tres líneas con él, enrolló un billete e inhaló aquello. Se incorporó y pasó el dorso de su mano por su nariz para limpiar los restos. Giró, mirando a su pequeña hija.

– ¿Qué mierda quieres aquí?

– Me mandó Frau Marlise.

– ¿Para qué? –preguntó rascando su nariz.

– Dice que vendrá herr Bachmeier.

– Oh, verdámmt (maldito) –suspiró.– Ayúdame aquí, ¿Quieres?

– Ja, mamas (sí, mamá) –asintió, acercándose a ella.

Atelophobia 🍫 Mihael "Mello" KeehlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora