Atelophobia 🍫 Mihael "Mello" Keehl

🍫 I: Aburrimiento

[5 años después]

Tn vivía cómodamente en Wammy's House, tenía muchos amigos y muy buenas notas, además de un mejor amigo al que llamaban Matt y un novio al que le decían Mello. Ella, por su parte, había tomado el nombre de Masy. Debido a esto, a los tres: Masy, Mello y Matt, los llamaban 3M. Había un niño también, Near, con quien se llevaba bien, pero no eran tan amigos ya que él era muy cerrado con todos.

[28 de Noviembre]

[Tokyo, Japón]

[Daikoku Private Academy]

«Todos los días es lo mismo, una y otra vez...qué aburrido. Este mudo está corrompido», pensó Light, observando por la ventana aburrido.

Se encontraba en clases, el profesor leía algunas cosas mientras pocos de sus alumnos prestaban atención y otros más perdían el tiempo en tonterías.

Algo cayó del cielo de pronto, lo suficientemente despacio para notar qué clase de objeto era, pero no tan lento como para caer en cámara lenta; tocó el suelo del jardín. El chico levantó una ceja, curioso.

«¿Un cuaderno...?», pensó.

[Más tarde]

Light salió de clases finalmente y, antes de volver a casa, decidió ir a ver aquel cuaderno que cayó del cielo como si fuese un regalo bendito...aunque al final terminaría siendo su maldición.
Observó a sus lados, vigilando que nadie lo viera, y tomó aquel cuaderno negro.

«"Death Note". Significa "cuaderno de la muerte"...», pensó curioso. Lo abrió.

– "Esto es el libro de notas de un shinigami"... –leyó.– ¿Eh? "How to use". Todo está en inglés, qué molesto...  –murmuró fastidiado.– "Aquellos cuyos nombres sean escritos en este  cuaderno, morirán" –rió divertido.

«Qué tontería, ¿Por qué la gente pierde el tiempo en estas tonterías? Esto es peor que esos mensajes en cadena», pensó.

[Winchester, Inglaterra]

[Wammy's House]

Tn sacó la paleta de fresa de su boca, la metió dentro de su vaso de jugo de fresa y comenzó a revolverlo; se encontraba en un salón, sentada en el suelo con sus amigos, junto a la ventana por la cual veían la lluvia caer y la niebla juntarse alrededor del orfanato. Matt estaba con una consola portátil, recostado boca abajo y jugando, y Mello con la espalda contra la pared y comiendo una barra de chocolate. Habían desayunado hacia poco, y ahora se encontraban haciendo nada.

– Pronto empezará a nevar...

– Eso parece –la miró.– ¿Es necesario que revuelvas el jugo con una paleta siempre?

– Es divertido –rió.

– Tonta –rió.

– Tonto tú –le sacó la lengua.– Me amas, lo sé.

– Sí, claro –rodó los ojos.

– ¡Mello! –chilló. Él rió.

– Claro que te amo, tonta. Ven aquí, dame un beso.

La niña rió, dejó su vaso de jugo a un lado y se inclinó hacia el rubio, dándole un pequeño y rápido beso.

– ¡Puaj! Ustedes dos son asquerosamente cursis –bromeó Matt, quien no despegaba sus ojos de su videojuego.