8. Some things are meant to be

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Jin GuangYao salió a la terraza de su habitación mientras se frotaba la raíz del cabello con una gruesa toalla amarilla. Suelta, su cabellera húmeda le rozaba los muslos, dejando rastros en la bata de seda azul con dragones dorados pintados.


Se detuvo ante la baranda, contemplando el resplandor rojo y salmón del cielo mientras el sol descendía sumergiéndose en el mar. Por un segundo, pensó que a su madre le habría encantado presenciar algo así. Poco a poco, dejó de secarse el cabello y bajó los brazos, sosteniendo la toalla contra el pecho. Se preguntó si Meng Shi soñó alguna vez que su hijo –su único hijo – podría llegar a estar en un lugar como este, con la felicidad al alcance de su mano. Tan al alcance que se le escurría de entre los dedos, recordó con un suspiro.


La mañana había sido todo lo apacible que cabría esperar. Nie MingJue le había ignorado durante todo el tiempo que estuvieron en el lago. El omega había nadado durante casi una hora antes de tomar un descanso y sentarse en la parte trasera del todoterreno mientras observaba el paisaje. Descubrió que Nie MingJue practicaba la apnea y el hombre podía haber batido un récord en cualquier momento. Buenos pulmones. Jin GuangYao había vuelto a nadar una media hora más y luego se secó para regresar a la mansión. Cuando sintió la presencia del alfa a su espalda, estuvo tentado de ofrecerse a llevarlo; pero en el último momento, cambió de opinión y solo se despidió con dos palabras sin voltearse a averiguar cuál era la reacción del otro.


Había almorzado con la señora Jin en su habitación y en la tarde había estado concentrado en ver con Wei WuXian –por alguna razón el fotógrafo elegido para la ceremonia –los mejores sitios para tomar fotos 'memorables', como el alfa especificara.


La cena había vuelto a ser general, con todos reunidos en torno a la amplia mesa. Por suerte, Jin GuangShan no se encontraba en la mansión, demorando su arribo hasta el momento final. Jin GuangYao debería de sentirse desanimado; pero había dejado de prestar atención a la 'desatención' paterna tiempo atrás. Durante la cena, Qin Su había acaparado su atención, insistiendo en que deberían de hacer una ceremonia especial la víspera de la boda.


'No vas a tener despedida de soltero', había dicho su media hermana; 'así que te mereces al menos pasar una última noche con tus hermanos antes de entrar al matrimonio.'


Incluso el pequeño XuanYu –normalmente callado y retraído –había saltado entusiasmado ante la idea de una fiesta solo para los 'hermanos Jin'. A pesar de que dos de ellos ni siquiera llevaban el apellido.

La señora Jin se ofreció a organizar la fiesta y retirarse temprano. Jiang YanLi también se entusiasmó con la idea, incluso si ella debía dedicarse a cuidar a su hijo de dos años.


Respiró profundo, llenándose los pulmones con el aire de la tarde. El aroma de jazmines proveniente de los arbustos sembrados al costado de la casa le hizo cosquillear la nariz.


Percibió un movimiento a su izquierda y suponiendo que la señora Jin se había asegurado de poner a Jiang WanYin a su lado, comentó sin voltearse:


—Tenemos suerte, ¿no? Nos dieron las habitaciones con mejor vista de toda la casa.

—Normalmente esa sería la habitación de mi hermano. Siempre nos han reservado estas dos habitaciones.

La luna detrás del cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora