14. It's all coming back to me

950 134 46
                                    

It was lost long ago

But it's all coming back to me

It's all coming back to me now, Celine Dion



Conversar nunca fue una opción. Conversar con Nie HuaiSang acerca de Meng RuSong no era –nunca sería –una opción.

El Nie había esperado a que SiSi y el niño se marcharan para inquirir, con una mirada suspicaz:


—¿Lan XiChen sabe acerca del niño?


Meng Yao había enderezado la espalda para responder con desenfado:


—No tiene por qué.


El rostro hermoso y delicado de Nie HuaiSang había demudado hacia el más completo estupor antes de que el sonrojo coloreara sus mejillas.


—¡Oh! Ya veo — comentó con perfectamente fingida incomodidad —. Es un niño precioso, de verdad. Me encantaría tener uno así algún día.

—Espero que lo logres —mintió Meng Yao con la misma perfección —. Si me disculpas, tengo trabajo que hacer. ¿Necesitabas ayuda con algo?

—Eh... sí. Quería saber cuánto me costaría un coche de alquiler hasta...


Después de diez minutos, el Nie se había marchado con la información necesaria para rentar un coche hasta Xiaogan. Esa tarde, al terminar su turno, Meng Yao le había pedido a su jefe unos días de vacaciones para cuidar a su hijo después del accidente.



A Nie HuaiSang solo le quedaba un día más en el pueblo. Después de que se marchara, Meng Yao estaría en paz. No volvería a escuchar de los Nie. ¿Debería mudarse? ¿Irse a otra provincia? La señora Jin y su hermano seguramente le ayudarían. A-Song comenzaría la escuela al año siguiente, así que podría buscar un trabajo más serio y podría... No. No iba a echar a correr de nuevo.


Cinco años atrás, había huido del dolor, de la humillación, del escándalo. Lo que había planeado decirle a Lan XiChen para terminar su compromiso sonaba tan ridículo después de escuchar la opinión de Nie MingJue acerca de él que Yao no podía ni admitir que lo hubiese pensado. Y tampoco quería ver la cara del alfa que había asegurado amarlo cuando solo estaba garantizándose una incubadora.


Meng Yao pasó todo su primer día de descanso en la cama con su hijo. Le había costado convencer a RuSong de quedarse en cama, pero con la promesa de contarle algunas historias y jugar varios juegos de tablero, lo había conseguido.



Al día siguiente, sin embargo, el omega despertó temprano y lavó toda la ropa pendiente, limpió la casa con cuidado de no despertar a los otros dos habitantes y cocinó todo un menú gourmet para el día, incluyendo varios postres. Esa noche, vio películas de Disney con su hijo mientras SiSi roncaba en el sillón con los espejuelos en la punta de la nariz y una novela erótica abierta en el regazo.



Yao despertó antes del amanecer, incómodo. Había soñado con Nie MingJue. Había soñado con la primera noche en que le viera; pero en lugar de mirarle con deseo y apreciación, el alfa lo miraba con disgusto y le gritaba, furioso: '¡No me acuesto con putas! ¡No voy a aceptar al hijo de una puta!'

La luna detrás del cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora