Primera Parte

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La batalla contra Tsukasa había sido difícil, pero el enfrentamiento contra Hyoga había sido más complicado, y es que todo había pasado tan rápido que para como salió todo era demasiado bueno, y aun así les había costado la vida de Tsukasa, pero Senku no pensaba dejarlo morir, y ya estaba haciendo un plan para lograr ese objetivo después de criogenizar al hombre que una vez fue la mayor amenaza para sus planes de salvar a toda la humanidad.

—¿Entonces planeas construir un barco gigante? —preguntó Chrome mirándolo con curiosidad mientras les mostraba los planos que había hecho luego de ese estúpido concurso organizado por Gen.

—Sí, pero primero necesitamos un capitán. —Sonrió emocionado ante la idea—. Aunque nos encargaremos de eso mañana. Ya es bastante tarde, y estoy cansado.

Estiró sus brazos antes de recostarse en su saco de dormir.

—Es increíble... —Chrome se recostó en su propio saco de dormir junto al suyo, y dirigió su mirada llena de emoción al techo de su choza—. Pensar que veré lo grande que realmente es el mundo... cruzar un océano infinito... llegar a tierras totalmente diferentes. —Sonrió entusiasmado—. ¡No puedo esperar!

Senku lo miró por un momento, antes de reír entre dientes con sequedad.

—¿Océano infinito? El océano solo cubre el 71% de la superficie terrestre, y te aseguro que la Tierra no es más que una pequeña partícula de polvo en la bastedad del universo. Lo único posiblemente infinito es el universo mismo, ya que se ha demostrado que está en expansión, pero por lo que sabemos nuestro universo bien podría ser solo otra pequeña partícula de polvo flotando entre una infinidad de otros universos. Es tan poco lo que tenemos seguro sobre nuestra propia realidad que es ridículo —dijo, divertido.

Y es que era verdad, en realidad no sabían nada de todo los que les faltaba por descubrir. Pero lo entendía, y se sentía exactamente de la misma manera, él mismo no era más que otro idiota que deseaba conocer absolutamente todos y cada uno de los secretos en el universo.

Aun así no pudo evitar agrandar su sonrisa al ver la cara en shock de Chrome, tenía los ojos abiertos de par en par y la quijada por los suelos ante la idea de que todo aquello que pensaba era demasiado grande quizás no fuera nada más que una partícula de polvo en el montón.

—¿Eh? —soltó finalmente Chrome, después salió rápidamente de la sorpresa y empezó a emocionarse, comenzando a acribillarlo de preguntas que respondió de mala gana hasta que el cansancio lo venció y lo mandó a callar para finalmente poder dormir.

Ya mañana les esperaba un largo día. Tendrían que buscar a esa reportera para que les consiguiera a alguien capaz de llevarlos al otro lado del mundo en un barco primitivo en medio de este mundo de piedra en el que se había despertado hace poco más de un año y medio.

Tenía muchas cosas que hacer, muchas realmente... y aunque al comienzo le había parecido difícil, nada lo frenó, y ahora todo parecía diez billones de veces más posible gracias a que no estaba solo. Una vez más contaba con la ayuda de su mejor amigo Taiju, la talentosa Yuzuriha, la gente que Tsukasa revivió ahora dispuesta a trabajar para el reino de la ciencia, el mentalista Asagiri Gen y sus invaluables amigos de la aldea Ishigami, en especial Kaseki, Suika, Chrome y Kohaku, la leona.

A pesar de la culpa todavía flotando en el fondo de su mente por lo sucedido con Tsukasa, no pudo evitar sonreír al pensar en las muchas aventuras que les esperaban a partir del siguiente día.

Así que le dirigió una ultima mirada al cielo estrellado que se podía apreciar por la entrada de la choca de su amigo, antes de acurrucarse con las mantas y quedarse dormido.

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