Te amo monstruo: la esposa con los ojos vendados y el esposo enmascarado

191: Miedo insoportable

"Te quiero." Davi finalmente dijo mientras sus ojos ardían con intensas emociones; honestidad, sinceridad, lealtad y sobre todo amor. Solo pronunció dos palabras, sin embargo, esas dos palabras mágicas fueron todo lo que necesitaba decir.

Ella derramó todo su corazón con esas dos palabras como la última parte de su confesión. Su corazón latía salvajemente como siempre mientras contenía la respiración, esperando la reacción del hombre frente a ella.

Davi pudo sentir que su esposo estaba conmocionado y ella no pudo evitar sentirse aún más nerviosa cuando el hombre se quedó paralizado en su posición en cuclillas mientras su mirada estaba fija en ella. Sus ojos brillaban, siempre tan hermosos como una joya fuera de este mundo.

Afortunadamente, después de un largo tiempo, Sei finalmente se movió. Lentamente se puso de pie y la miró directamente a los ojos.

Sin embargo, en ese mismo momento, Davi vio otra extraña emoción parpadear en sus ojos. Fue como si su expresión de sorpresa hace un momento se hubiera convertido de repente en ansiedad. Y no podía entender por qué, pero sentía como si su corazón se retorciera abruptamente debido a la aparentemente intensa mirada de tristeza en sus ojos.

En ese momento, Davi quería hablar y preguntarle qué le pasaba. Quería saber por qué de repente la estaba mirando de esa manera justo después de que ella le dijera que lo ama. Pero luego, en un instante, se quedó sin habla y no pudo pronunciar una sola palabra. Al mismo tiempo, el nerviosismo la envolvió en el momento en que empezó a pensar que debía ser porque él estaba a punto de rechazarla.

Davi inconscientemente se mordió el labio y su agarre con la rosa en su mano se apretó cuando, de repente, el hombre frente a ella finalmente habló.

"Yo ..." comenzó, haciendo que Davi contuviera la respiración, porque sus ojos aún emitían una extraña sensación que Davi considera una no tan buena señal.

"Si te digo que no soy una buena persona ... ¿aún dirías que me amas?" Continuó con esas miradas desgarradoras y tristes, haciendo que los ojos de Davi se agrandaran un poco. Fue porque en ese instante, se dio cuenta de que la tristeza en sus ojos no era porque quisiera rechazarla. Mientras lo miraba, pensó que él parecía estar ansiosamente preocupado si sus sentimientos cambiaran una vez que se diera cuenta de quién era. Un pensamiento que finalmente hizo que Davi tomara un profundo respiro antes de que una sincera sonrisa tallada en su rostro.

"Para mí, sin importar lo que digan los demás, eres una buena persona y aún te amaré". Luego respondió con sinceridad como siempre, mientras lo miraba con sus habituales e inquebrantables miradas determinadas. Haciendo que Sei se quedara en silencio por un momento, antes de continuar hablando de nuevo.

"Soy ... soy una persona peligrosa, por eso no te estoy mostrando mi rostro e identidad". Dijo y sus ojos permanecieron tan tristes como estaba. La vista que seguía oprimiendo el corazón de Davi. Haciendo que ella levantara la mano, se puso de puntillas y extendió la mano antes de acariciar suavemente su cabello mientras respondía con voz tranquilizadora.

"Para mí, no eres peligroso en absoluto. Pero incluso si lo eres, todavía te amaré". Ella respondió con voz seria y luego sonrió.

En ese momento, capturando cada palabra de ella, mirando su sonrisa tranquilizadora y sintiendo sus suaves toques reconfortantes, a pesar de todas las revelaciones que le había mostrado, Sei no pudo evitar sentir una inexplicable sensación de calidez que nunca antes había sentido. Simplemente sintió como si ella realmente fuera un ángel que descendió de los cielos para salvarlo. Nunca esperó que esas fueran sus reacciones y respuestas en absoluto. Y nunca quiso decirle a todos aquellos que la desanimaran o la pusieran a prueba, simplemente decidió abrirle su corazón, a pesar de su miedo extremo de que ella le tuviera miedo. Solo quería comenzar a abrir su corazón y revelar su yo pasado lentamente, a pesar del miedo insoportable de perderla