El Día Que Todo Comenzó

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Una taza de café, lápices, libros recordatorios y un ordenador, era lo que Dana Carter siempre veía todas las mañanas en su escritorio, de alguna forma lo disfrutaba.

-Para algunos puede ser algo aburrido, pero para mi significa mucho.

Cada vez que se cansaba por la jornada laboral cerraba sus ojos y se decía a si misma "esto fue lo que siempre quise" tenía una rutina de relajación, antes de comenzar descansaba en una silla muy cómoda mientras arreglaba su castaño cabello claro, retocaba su maquillaje, lo hacía con mucha paciencia ya que odiaba las prisas.
Tomaba el respectivo café mañanero, en ese momento tocaban la puerta de la oficina, Mariela Sáenz una colega y mejor amiga de la universidad. Era una chica de 30 años cabello negro lasio y corto, ojos cafés, su cuerpo de contextura delgada.

-Dana llegué tarde pero veo que empezaste a tomar el café sin mi
-querida Mari mi bebida estaba por enfriarse así que no tuve más opción (ambas soltaron una carcajada) Conversaban sobre el nuevo período académico, y sus actividades durante las vacaciones de verano.

-Oye Dana ¿qué fue de ti y el chico al que conociste?
-La verdad no resultó, salimos en unas ocasiones pero tenía muchas niñerias odio eso lo sabes muy bien; estoy a punto de cumplir 30 años quiero una relación seria, formal y los hombres de ahora no.
Me encantaría casarme con alguien mayor, bueno no tan mayor.
(aclaro levantando su dedo índice)

-Entiendo, pero no siempre los hombres mayores son mejores amiga

-Pues yo pienso que si.
Aseguró Dana cruzando las piernas mientras acomodaba su falda.

-Pará mí la edad sí importa y más que todo en el amor.

-¿tu única relación formal ha sido con el tal Chris cierto? ¿Hace mucho terminarón? ¿Cuántos años tiene?

-Chris es un año mayor que yo, terminamos cuando aún estudiábamos, y si, ha sido mi única relación formal pero su prioridad siempre fue el trabajo. Se caso con una mujer de mucho dinero, lamentablemente su esposa falleció.

-¡Que pena! Imaginste perder al amor de tu vida.

-Ellos iban a divorciarse, hasta donde supe la chica tenía problemas de depresión o algo así.
Pero ya no hablemos de cosas tristes.

Mantendré el dedo en el renglón.. Un hombre mayor sí o sí

-mmm sí tu lo dices... bueno siempre y cuando no tengas una relación con uno de nuestros estudiantes..

Dana abrió los ojos con mucho asombro. Mariela comenzó a reírse

-tranquila estaba bromeando

-lo sé pero casi me ahogo con el café por esa broma tuya. Te pasas eh..

-ja, ja, ja, tu serias la última persona que yo vería con alguien menor, eres demasiado exigente mi querida Dana además tú y yo somos unas viejitas con bastón para los chicos.

-De eso estoy muy segura.
Ambas se pusieron de pié dirigiendose a sus respectivos salones.

El pasillo estaba lleno de estudiantes, los chicos veían a la maestra Carter debido a su belleza, la saludaban y al dar la vuelta no dejaban de hablar sobre su físico algunos lo hacían con morbo. Un joven llamado Marck siempre decía: "daría lo que fuera por pasar al menos una noche con ella" todos reían a carcajadas. Louis otro estudiante le decía:
-eso ni en tus sueños Marck, es amable pero ni te determina a demás casi repruebas la clase el trimestre pasado.

-Eso no importa en este período haré lo que sea para que acepte al menos un detalle de mi parte.

-Sigue soñando amigo. Asintió Louis dando palmadas en el hombro de Marck.

Dana estaba en el salón de clases revisando su programación y para romper el hielo pidió a sus alumnos que hicieran un círculo y así poder contar sus anécdotas durante el verano.
Todos conversaban a gusto, Dana veía el reloj se puso de pie, era inevitable que sus estudiantes no perdieran la mirada en ella, veian su cabello castaño claro, cuerpo estilizado, rostro fino, ojos café claros, media 1.58 metros, tez blanca. Era sin duda elegante y muy bella. Vestía un saco y falda gris formal, pero a su vez juvenil. Inclusive las chicas siempre la halagaban.

La clase terminó dio los últimos lineamientos y por su puesto no faltaron los regalos como chocolates flores y más por parte de los chicos.

-Agradezco su intención pero no puedo aceptarlos me comprometen, por favor no lo hagan más.

Los estudiantes se fueron del salón, Dana se quedó terminando ciertos detalles, en ese momento alguien abrió la puerta, ella levantó la cabeza apartando un mechón de su rostro.

Un Joven entró; por cierto era bastante guapo y alto media 1.85 metros aproximadamente, cabello castaño un poco largo, ojos azules, tez blanca. Su contextura de cuerpo era media.

Dana se asombró de lo atractivo que era él joven, además nunca lo había tenido como estudiante.

-¡Buenos días! mi nombre es Michael Reese, quiero disculparme con usted ya que no pude presentarme a su clase maestra, tuve que ir a mi trabajo pero tengo una constancia, puede leerla por favor, se lo agradeceré.

Dana lo miró y sonrió
-No te preocupes no soy la típica maestra estricta.

La profesora Carter comenzó a leer y se dio cuenta que Michael era modelo y pensó: un trabajo ideal para un chico tan guapo.

-Todo esta bien Michael no te preocupes, debes ponerte al día con los trabajos de la semana luego te intégrare a los grupos.

-Le agradezco tanto, usted se ve diferente a muchos profesores.

-¿Eres nuevo cierto? Nunca te había visto en la carrera de economía.
-soy de aquí, por trabajo tuve que mudarme a otra ciudad y ahora regrese nuevamente.

El joven notó que la hermosa maestra tenía un porta llaves de madera el cual tenía tallado el nombre de su profesora actual Dana
-Lindo su portador de llaves
-si, siempre quise uno con mi nombre pero ya esta bastante viejo.
El joven sacó un llavero dorado con la letra M.
-Este me lo obsequió mi abuela, es muy importante, lo considero de la suerte. (sonrió con timidez)

Pasaron aproximadamente quince minutos mientras conversaban.
Dana se despidió y el joven, extendió su mano muy agradecido.
-Gracias profesora.
Ella correspondió el saludo pero al estrechar su mano con la del chico se sintió un poco confusa y sonrojada.

Mariela la esperaba al final del pasillo, desde lejos logró ver a su amiga hasta que esta se acercó.
-¿problemas con el primer día de clases?
-No para nada. ¿Por qué lo dices?
-mmm pues tardaste un poco.
-Un estudiante llegó al final y conversamos un rato. De hecho nunca lo había visto por aquí.
-¿Cuál es su nombre?
-Michael Resse, es modelo y bastante apuesto sin duda.

Su colega se quedó pensativa para saber si lo conocía, pero se dio cuenta que no se le hacía familiar.

-Definitivamente no tengo idea.
-En fin da igual, tantos estudiantes sería imposible recordarlos a todos.

Cárter permaneció pensativa al ver su llavero nuevamente, la hizo recordar su platica con el joven.

Para el amor si hay edad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora