Un Presente

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Las semanas pasaban, la relación entre Dana y Michael se fortalecía sin que ellos se dieran cuenta, por su parte la admirada profesora no aceptaba ni el más mínimo detalle por parte de los jóvenes, además nunca se le pasó por la cabeza ver a un alumno con otros ojos Aunque... En el fondo no podía negar cuán bien se sentía conversar con Reese.

Michael estaba nervioso sería la primera vez que le entregaría un detalle a Dana, era un libro de su escritora favorita sabia que no podía rechazarlo debido a que el presente sería distinto, no eran flores o chocolates si no un regalo especial.

Se coloco frente a la puerta del salón de maestros y suspiró. Justo cuando decidió entrar escucho risas, una de ellas era de un hombre,
-¿será algún profesor? pensó. No importa igual tocaré.

-¿Michael?
Dana lo veía con una enorme sonrisa mientras sostenía documentos en su mano. Dex estaba con ella y se notaba que ambos habían reído mucho.

-Dana querida ahora sí me voy, recuerda que hoy te veo en la noche para afinar detalles

-Esta bien te espero
-¿qué dices? ¿una copa de vino?
-me parece perfecto.

Michael sentíase un poco apenado e incómodo, pese a eso soltó una sonrisa fingida.
-Supongo que era su novio ¿no maestra?
Dana sonrió.
-Claro que no, que cosas dices es un buen amigo mío. Dime ¿en qué puedo ayudarte?
-Quería traerle un regalo.
Michael extendió el libro hacia ella con temor a ser rechazado.
-No lo puedo creer ¿Cómo lo conseguiste? Lo buque hace unos días en las librerias y no lo encontré.
-Pues vera, mi madre al igual que usted es fanática de la lectura, recibió los libros mensuales que le corresponden y pues al ver a la escritora de la cual nos ha hablado en clase fue inevitable no pensar en usted.

Dana sostuvo el libro con asombro pero poco a poco su rostro parecía más serio.

-¿Que ocurre? ¿No le gustó?
-no es eso, la verdad es que..
-Por favor maestra no lo tome a mal, se que usted no acepta nada de nadie para evitar problemas, pero es un caso distinto es un libro, ¿que podría tener de malo?
Dana se sentó en la silla muy Pensativa.

-Michael aceptaré el libro bajo una condición..
La maestra lo dijo con un tono de voz serio.

Alguien tocaba a la puerta e interrumpió la conversación entre ambos.
-Licenciada Buenos días, ¿tendrá un poco de tiempo? Tengo dudas sobre el trabajo individual para la siguiente semana.
-Por supuesto Louis acércate.
Michael se sentó enfrente del escritorio, contemplaba el entrono, veía la decoración, lo ordenado que estába todo y desde luego miraba sin disimular su bella maestra. Tomó su teléfono tratando de distraerse en el  para que la profesora no notaste y se decía a así mismo.
-Desde el primer día que la conocí en el salón me encantó, pero se que no tengo ni la mas mínima oportunidad con ella ¿cómo puedo pensar siquiera que por su amabilidad me vería con otros ojos?
No es como ninguna de las chicas con las que suelo tratar, de verdad es tan diferente e imposible de alcanzar.

La maestra Alondra llegó saludando a los chicos.

-¡Buenos días Jóvenes! Colega venga un minuto por favor.
Ambas conversaban afuera de la sala.

-Michael te vi en las revistas y en redes sociales, eres las sensación entre las chicas.
Louis felicitaba a su compañero con una sonrisa.

- ja, ja, ja no para nada, hago mi esfuerzo cada día, lastima que los estudios no se ma da tanto como en las pasarelas

-Oye tranquilo la universidad es otro ambiente pero esfuerzate sobre todo con la señorita Dana es linda ¿no?
-ambos se vieron como si entendieran a que se referían, soltaron una carcajada.
- ¿a ti también te gusta? pregunto Louis intrigado.. Bueno a quien no diría yo, es el sueño imposible de todos
-¡Imposible! Tienes razón seguramente ella saldría con hombres mayores y preparados tal cual es ella y no con chicos sin experiencia como nosotros.
El joven Reese se perdió en un profundo pensamiento.

Para el amor si hay edad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora