Capítulo 16

43.6K 2.5K 547
                                    

In fraganti.

Me paré a reflexionar un momento. Yo, Senata Clark, estaba a punto de entrar por la puerta de una empresa de prestigio como parte de ella y no sólo como visitante. Supongo que es difícil de creer, teniendo en cuenta mis limitaciones y mis vagos estudios de por medio, pero a pesar de todo era real. Bridget me iba a contratar oficialmente como su secretaria. Después de estar ayudándole por más de un mes, dijo que tenía potencial en el puesto y que era una gran forma de convinar algo útil con su obsesión de vigilarme.

Entré en el ascensor con mucha seguridad en mi misma, porque sabia que nadie iba a amargar mi buen estado de ánimo. Saludé a todos los presentes en la última planta y mis tacones resonaban en el pasillo que conducía al despacho de mi futuro jefe. Según su planing de hoy no llegaría hasta pasadas las once, pero debía dejarle el papeleo por firmar. Después de ese pequeño asunto ya podía sentarme delante del ordenador que se me asignó. Abrí el calendario de Bridget y empecé a llamar a algunos socios con los que él debía quedar en los próximos cinco días.

Todo era silencio y paz hasta que una mano con garras no giró la pantalla del iMac. Cabe destacar que aquella manicura rosa fucsia era de lo más ortero. Me aguanté la risa por mi puesto de trabajo, aunque creo que se me escapó alguna que otra carcajada por mis propios comentarios internos. Como no, Elí, siempre tan oportuna y lista para joder un buen día ajeno.

- ¿Desea algo señorita...- me paré para revisar el apellido que tenía colgado de la blusa- Jonson?

- Ya, ya. Acaba con tu jueguito y vete de aquí. ¿No te han enseñado a no urgar en los documentos privados? - la última palabra la pronunció mucho más fuerte que las demás.

- Disculpe, pero, ¿a usted no le han enseñado a no tener prejuicios? - le contesté y ví como se retorcia de enojo mientras intentaba salvar su estatus.

- ¿Resulta que ahora eres la secretaria de Bridget? Me cuesta creerlo, pero en caso de ser cierto no esperes que por estar cerca de Adley te hará más caso. Eres historia para él.

- Estoy aquí para lograr algo por mi misma. Y no pienso tener relaciones en mi trabajo, a diferencia de otras. - dije señalando con mi mirada hacia su falda, la cuál estaba del revés. Por obvias razones.

Genial, un punto más para mí. La mujer se marchó por donde vino, intentando arreglarse la prenda lo antes posible. Me encantó verla avergonzada hasta las orejas. No suelo sentir odio hacia nadie, ni siquiera hacia personas como ella, no obstante su comportamiento me cansaba ya. ¿A quien le gusta una perra como ella? Es la típica figura que se añade a una película para reírse de ella.

Y como no, para ser un día completito ví la silueta de Miller salir de una sala de reuniones. Rezaba para que no me viese, no era momento de tener un encuentro incómodo. Por suerte se fué en el ascensor sin siquiera mirar hacia esta dirección. Ahora sí, estando esos dos fuera de mi zona de confort podía estar tranquila.

Al ordenar los papeles que tenía sobre la mesa ví uno sobre la gala benéfica de Navidad. Se me había olvidado dejarlo en la mesa de Bridget cuando me pase esta mañana. Uff, ¿enserio? ¿Una gala benéfica? Estaba segura de que sólo era una forma de limpiar su imagen después de todo lo malo que hacia durante el año. En fin, yo no era Santa Claus como para contar sus buenas acciones.

Me levanté caminando a paso lento hacia su despacho y escuché ruidos de lo más sospechosos, lo que hizo que inconcientemente abriese la puerta sin tocar. Wow, vaya imagen estaba viendo. Era Joseph empotrando a una mujer semivestida contra la mesa. Gemía como un hipopótamo, todo hay que decirlo. Y él no paraba de mordisquear su cuello.

Me quedé plantada allí sin saber que hacer hasta que la chica se percató y se cubrió con su camisa. Él se giró y luego se apartó de su amante subiendose la cremallera del pantalón y soltando por la boca todos los insultos que podía.

- ¡¿Clark no te han enseñado a avisar antes de entrar?! - gritó y ni caso hizo a la chica que estaba saliendo por la puerta a toda prisa, pidiendo perdón al cruzarse conmigo. Vaya, supongo que conocía que los dos éramos prometidos. Entonces era otra de las perras de Bridget.

No sabía bien por qué, pero esta situación me había cabreado. Al menos podía tener la descencia de no traer a sus ligues al trabajo. ¿Era así como se inspiraban los grandes diseñadores para crear sus obras de arte? Me repugnaba.

- Emm, ¿acaso te pone que te observen mientras mantienes sexo? - comenté viendo que aún había una notable erección dentro de su pantalón. El negó con la cabeza. - Me disculpo por entrar derepente, pero tu horario dice que vendrias a las once. Y ahora no son ni las diez y media.

- Me importa una mierda lo que diga ese dichoso horario. Siempre, escuchame bien, siempre avisas antes de entrar. ¿Lo has grabado en ese minúsculo cerebro tuyo? - dijo y se acercó a mí tanto que quedé parada contra la puerta, cerrada por la mujer de antes.

- Sí, creo que lo pillo. - estaba muy cerca mío, tanto que sentía su aliento mentolado en mi cara.

- Y respondiendo a tu indiscreta duda de antes, no, lo de follar en público no es lo mío. Pero lo de follarte ya sería otra cuestión. - sonreía con picardía y agarró uno de mis mechones para jugar con él entre sus dedos.

- ¿No estás cansado después de todo? - en esa mesa por lo menos había tres condones. Y otro tirado por el suelo. Intenté no verme intimidada, pero la voz me salía temblorosa.

- ¿Tienes en mente comprobarlo? - dijo casi rozando mis labios y cuando cerré los ojos se alejó, quedando de frente a las vistas de Badley. Los cristales estaban impecables, su reflejo se distinguía en la ventana. - Una pena que dejase mi vicio de jugar con las secretarías hacia mucho tiempo. Venían con tanto entrenamiento previo que casi parecían compañeras de Ludmila. Por lo menos tengo la seguridad de que tú estás aquí para trabajar.

- A..así es. - dije tragando saliva. - sólo planear y organizar, nada más ni nada menos.

- Te lo iba a contar más tarde, pero ya que estas aquí, debes saber que tus esbozos fueron un éxito. David ha aprobado los diseños y ganamos una fortuna en la semana de la moda. Todos quieren saber quién está detrás de tanto talento y he pospuesto la respuesta hasta saber tu decisión. - dijo para luego sentarse en la silla y ofrecerme un dossier que tenía guardado en el escritorio.

- ¿Qué es esto? - pregunté apenas llegue enfrente suyo, tomando los documentos para ojearlos.

- Si firmas esto me cedes los derechos de autor de todos los vestidos que están en este cuaderno. - dijo señalando mi libreta. - Tu recompensa por renunciar a ellos es nada más ni nada menos que una suma considerable de dinero. ¿Aceptas la condición?

Jamás pensé que estaría bajo la presión de decidir si vender mi creatividad o no. De haberme hecho esta pregunta en otras circunstancias me hubiera negado rotundamente. Sin embargo ahora necesitaba cada centavo para huir de esta prisión en la que vivía día a día. Mordí mi labio inferior tan fuerte que casi provoque un sangrado. ¿Si o no? Lo que estaba claro es que necesitaba más tiempo para darle una respuesta.

* * *

¿Qué creen que debería hacer Senata?

Voten para más capítulos.

Que todos tengan una linda tarde/día.💞

💞

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi dueño y jefe © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora