[N/A: Bueno, para empezar ha pasado un tiempo desde que actualizo pero he tenido algunos imprevistos, actividades de la universidad y al ser mi último semestres quiero dedicarme bien a ello pero no pienso descuidar mis historias en Wattpad.
De ahí, el siguiente capítulo es muy corto, lo sé, y es más diálogo que nada pero se puede apreciar un poco más la amistad que hay entre Walt y Trevor. Además... subí una foto de Walt en multimedia.]
***
Lunes 29 de septiembre de 2014
10:20 p.m.
— ¿Estás completamente seguro de que era él?
— Por supuesto que estoy seguro.
Era la quinta vez en el día que Trevor le preguntaba eso. Era claro para él que estaba seguro. Obviamente su apariencia física cambió desde la última vez que lo había visto pero su aroma era el mismo, no podía haber más clara señal que esa.
Ambos se encontraban sentados en el sofá de su sala, jugando videojuegos en la excusa de que necesitaban relajarse.
— ¿Por qué crees que haya entrado a la universidad? —preguntó el rubio.
— No lo sé. Pero espero solamente que no haya sido para matarme después de una clase. No sería muy inteligente de su parte.
— Creo que si quisiera matarte realmente, lo hubiera hecho hace tiempo Walt.
— Gracias por el apoyo Trevor. Eres asombroso —hizo una mueca.
— Lo siento pero lo digo en serio.
— ¿Sabes que no estamos jugando Wii cierto? No va a ayudarte en nada que te muevas junto con el control —dijo al notar que su amigo se inclinaba a la derecha cada vez que el automóvil que ocupaba en el juego necesitaba girar a la derecha, lo mismo si iba a la izquierda.
— Es evidente que no eres un gran jugador. Todos los grandes jugadores lo hacemos, esta en nuestra sangre.
— No creo que eso sea algún factor que se herede, y aunque lo fuera no todos son familia —recalcó Walt.
— Regresando al tema principal —para Trevor era evidente que Walt no sabía sobre el buen gusto de jugar videojuegos como era debido, por lo que decidió cambiar de tema—. Tan solo piensalo Walt. El tipo puede crear espadas de luz reveladora y clavarlas directo en tu yugular si quisiera. Se han encontrado en constantes ocasiones en callejones solitarios.
— Entiendo lo que quieres decir pero entonces dime algo Sherlock —pausó el juego y se levantó para buscar algún refrigerio—. Si no es para matarme, ¿por qué entró a la universidad? Sobre todo a la misma clase de Mitología que nosotros —abrió el refrigerador y empezó a hurgar su contenido—. Además, ¿cómo explicas que justamente el asiento —alzó la cabeza para que saliera por el borde de la puerta del electrodoméstico y poder ver a Trevor que seguía sentado—, el único asiento, disponible era el que estaba detrás de mi? ¿Qué pasó con Cindy?
— ¿Quién es Cindy? —frunció el ceño.
— Alta, morena, flaca. Se sentaba detrás mío en esa clase.
Al no encontrar algo comestible que fuera de su verdadero antojo, cerró la puerta del refrigerador y decidió servirse un vaso con agua, para luego regresar a tomar su lugar al lado de su mejor amigo.
— Contestando tus preguntas —espero a que Walt se sentara finalmente para quitar la pausa del juego. Necesitaba la inspiración de un automovil corriendo a alta velocidad—. Antes de que te vuelvas paranoico. Posiblemente haya entrado a la universidad por la misma razón que cualquier otra persona lo hace, para superarse a sí mismo y encontrar un verdadero trabajo que no sea asesinar a cuanto hombre lobo se encuentra.
— Dudo totalmente que sea eso Tre…
— ¡Déjame terminar! —gritó, porque sabía que esa era la única manera en la que Walt le permitiría terminar lo que quería decirle—. Como decía… Tu y yo tomamos esa clase porque queríamos aprender más sobre ese tipo de cosas. Quizá Flynn lo haga por la misma razón. Tan solo piénsalo, el es como un mago o algo así, y por lo que sabemos, se dedica a matar seres sobrenaturales así que… quizá solo quiera saber más para estar preparado.
— ¿Y Cindy?
— A decir verdad, ni yo me acuerdo de quien es Cindy… mucho menos recuerdo haberla visto sentado detrás de ti. Puede que ella si sea puro invento tuyo y de tu parano… ¡Hey! —se quejó al recibir un golpe en el hombro—. Te recuerdo que no todos tenemos super piel resistente como tu.
— El punto era que te doliera —puso la mirada en blanco.
— ¡Gané! —empezó a saltar de emoción—. Te toca lavar los platos hoy amigo mío —comentó volteando a ver a Walt. Su cara no podía mostrar una sonrisa más amplia.
— De acuerdo —dijo a regañadientes.
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The Dark Side of the Moon
Hombres LoboAl llegar a Rises Hills lo único que Walter Patterson desea a sus cortos 18 años, es una vida medianamente normal. Sin embargo, a los pocos días de llegar su esperanza desaparece al notar que allí también habitan hombres lobo. Cuando pensaba que eso...