Capitulo 8

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A la mañana siguiente, despierto con un terrible dolor de cabeza y un amargo sabor en la boca. Mire a mi alrededor con los parpados entrecerrados, el reloj marcaba las once de la mañana. Estaba en mi habitación, vestido únicamente con los vaqueros oscuros de la noche anterior a excepción de los zapatos y camiseta, pero no recordaba cómo había llegado hasta allí. Intente incorporarme sobre la cama, pero mi cuerpo se sentía pesado, ajeno a mí, y no respondía con normalidad. Tuve que girar sobre mi costado para acomodarme en la orilla de la cama y poder erguirme. Sentí un mareo y mi visión se volvió borrosa por unos segundos hasta que se acoplo a la claridad de la recamara.

Permanecí unos minutos sentado, con miedo de volver a sumergirme en una momentánea y vertiginosa confusión y ceguera. Me sentía fatal, con el estomago revuelto, y con mi garganta adolorida y una constante punzada en el cráneo. Sé que no exagero cuando digo que me encuentro fatal, incluso prometí no volver a beber si así fuese a calmar mi malestar. sabía que era una mentira originada por la desesperación del malestar en mi cuerpo. Inhale profundo para aminorar la agitación de mi respiración.

Camine hacia el espejo que se hallaba detrás de la puerta de mi habitación y ahogue una expresión de sorpresa cuando vi mis brazos todos rasguñados y amoratados.

Angustiado busque en mi memoria para recordar con nitidez lo que había sucedido en el bar, algún indicio que me revelara el motivo de aquella lesión, pero solo conseguí vislumbrar numerosos tragos entre brindis y risas. Personas aglomeradas cantando y bailando, cerveza, gritos de diversión. Nada fuera de lo común en una noche de copas con mis amigos. Bueno, nada más que el exceso de la bebida, al cual no estaba acostumbrado.

Me quite el pantalón y lo arroje al cesto de ropa sucia. Después me senté en el borde del colchón para traquilizarme un poco, incapaz de hacerlo de pie por la falta de equilibrio que me generaba el malestar de mi cabeza. Tome mi celular del buro de un lado de la cama y me encontré con diez mensajes del grupo de apoyo. Preguntas como: "hoy a la mediodía tendremos reunión" "recuerden, todo saldrá bien" "los quiero mucho" "..." les avise que no pensaba en ir mas a ese estúpido grupo y elimine los mensajes, un nuevo mensaje del grupo de mis amigos llego, junto a otros cinco y en ellos vi mi rostro en un video de tres minutos y capto mi atención. Al revisarlo, en él se veía a los muchachos y yo bailando y tomando cerveza, cuando veo el último minuto mi primera reacción es respirar tranquilo, pues no estaba en peligro alguno. Mi segunda reacción es de vergüenza cuando veo el estado en el que me encontraba, prácticamente inconsciente y apenas capaz de mantener los ojos abiertos. Me sujetaba a los brazos de Diego para no caerme mientras reía y mencionaba a Alison en frases incoherentes e incompletas. Al parecer había hecho un estruendo y desastre cuando uno de los camareros dejo de servirme cerveza, choque con un mesa llena de jarras y botellas hasta caer en el suelo, lo que hizo que me hiciera algunos rasguños.

Me quede boquiabierto, pensando en lo fácil que era hacer estupideces bajo los efectos del alcohol

Suspire, continúe bajando las fotos y videos y no encontré algún indicio de otra estupidez causada por una noche de embriaguez, ver eso era una dura forma de abrirme los ojos a las consecuencias de actuar irresponsablemente y sin consciencia, además de mostrarme algo más: Aunque lo intente, nunca podría olvidar a Alison, por mucho que me esfuerce en ocultarlo una parte de mi siempre la extrañara.

Me asome por la ventana para inspeccionar el panorama, aunque la luminiscencia del sol me provoco una oleada de moletas punzadas en la parte posterior de mi cabeza. El cielo estaba despejado, el vecino de enfrente cortaba el césped de su jardín, el auto de mi madre no estaba lo que significaba que no se encontraba.

Mi celular empezó a vibrar y a emitir un estruendoso sonido en el silencio de la habitación.

Era Ashley.

Mas Allá De Lo Que Siento Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora