Entro a la habitación de Ashley y me encuentro a la chica con un paño alrededor de su cuerpo, no se molesta ni se mueve, sólo se queda allí, parada frente al espejo mirándome por el reflejo, saca un neceser lleno de maquillaje de la enorme bolsa de tela que siempre lleva en la maleta. Mientras yo intento calmar las reacciones hormonales de mi cuerpo ocultándolo con una actitud relajada.
- ¿A qué hora tenemos que ir y dónde? -pregunta con sospecha mientras se sienta frente al tocador y empieza a peinarse
- Tranquila, tenemos al menos dos horas para ir a la fiesta.
Observo el cepillito de rímel que Ashley tiene en la mano y rezo para que no se lo meta en el ojo
- Está bien, estaré lista a las ocho.
- Me parece bien, señorita, la dejo con sus cosas. Yo mientras tanto voy a prepararme algo para comer y luego me preparo- anuncio y me levanto.
Luego de comer y al cabo de unos minutos en una ducha caliente me miró en el espejo, no muy convencido con lo que veía, pero no había nada más que pudiera hacer con mi apariencia. La camisa gris me quedaba levemente holgada por los kilos que perdí durante los últimos meses, y la oscuridad de mis ojeras no había desaparecido incluso después de que comenzara a dormir más horas para intentar recuperarme.
Me veía fatal, demacrado y pálido, pero debería lidiar con ello hasta recobrar la vitalidad. Exhalé, resignado, y me peiné para acomodar la rebeldía de mi cabello
Me puse la camisa y saqué una chaqueta del armario. El invierno estaba en pleno apogeo, y desde las siete de la noche el frío calaba hasta los huesos, alcanzado temperaturas ofensivas.
Ya estaba listo.
Bajo las escaleras y cuando por fin Ashley lo hace, son casi las ocho, la hora perfecta para salir hacia la fiesta. En el apartamento reina un silencio un tanto inquietante. Solo se oye el sonido del televisor que llega desde la sala de estar. Daniel ya debe de estar en la fiesta así que estamos solos.
- Gracias a Dios. Entiendo que las mujeres necesitan tiempo para ponerse guapas pero...
De pronto la puerta se abre y detrás de ella apareció una chica que me dejó realmente escandalizado por su atractiva apariencia, muy distante a la apariencia que estaba acostumbrado a ver en ella. Mis ojos repararon en repetidas ocasiones el cuerpo de ella, embelesados por la imponente imagen frente a ellos.
Frente a mí la chica que me encantaba llevaba un espectacular vestido dorado, largo hasta el suelo y con una abertura bastante atrevida en un lateral. Da una vuelta completa para verla de diferentes ángulos, tiene una cremallera que recorre la espalda, aunque en realidad tampoco es que haya mucha tela que cerrar. Los tirantes abiertos y la abertura posterior dejan al descubierto casi toda la espalda, y por delante asoman los pechos. tiene el pelo recogido que lo hace lucir moreno y utiliza un poco de maquillaje para que el vestido destaque.
- Estás... estás... Diablos, estás genial, Ashley.
Antes de que pudiera reaccionar Ash se lanzó contra mí para besarme con ímpetu, la sostuve con mis brazos y la pegué a mi cuerpo lo más que pude sintiendo una descarga de energía a través de mis terminaciones nerviosas.
Apartó su rostro unos centímetros del mío pero no le di oportunidad para alejarse por completo, tenerla así cerca me resultaba placentero y quería tenerla así por el mayor tiempo posible.
El vestido tenía un escote pronunciado que dejaba al descubierto la mitad de sus pechos, consiguiendo que mis ojos se posaran en ese punto durante unos segundos, los suficientes para que una maliciosa sonrisa se dibujara entre sus labios cuando posé mi mirada sobre su rostro.
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Mas Allá De Lo Que Siento Por Ti
Novela JuvenilLa paz y la tranquilidad con la que Oliver Jones esperaba afrontar su último año de instituto se han evaporado en el preciso instante en que el su mejor amiga es atropellada y dada oficialmente en Coma. Y este, es solo el primero de una serie de suc...