Capítulo 9

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"Uno de los regalos más hermosos de este mundo es el regalo del ánimo.

Cuando alguien te anima, esa persona te ayuda a pasar

el umbral el cual tal vez no hubieras podido cruzar solo."

John O'Donohue.

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Mientras caminaba no sabía exactamente lo que quería hacer, pero algo dentro de él le decía que tenía que contribuir con el chico tras haber escuchado la confesión de este.

En numerables veces había escuchado y leído los comentarios de personas que lo tomaban como inspiración para tocar el bajo, porque les gustaba las canciones que escribió y decidieron realizar los famosos "covers" que su hijo Luke le enseñó en un par de ocasiones; o porque les gustaba la manera en cómo tocaba el instrumento y decidían seguir sus pasos. Cada uno de esos testimonios se le presentaban algo abrumadores, intimidades y en algunos casos, le generaban vergüenza, porque nunca en la vida había llegado a imaginar que años después de su retiro, incluso hoy a sus sesenta y siete años, las personas le siguieran considerando como un modelo a seguir.

Para muchos esto podría ser algo muy estimulante, pero por su misma timidez prefería no tener que figurar más de la cuenta. Aunque estaba muy agradecido por el cariño brindado y le parecía gratificante que hombres jóvenes como Joe Mazzello llegaran a tocar un instrumento por él, de igual modo elegía seguir pasando desapercibido.

Sin embargo, durante los minutos que estuvo hablando con el actor y recordando el trabajo que realizó para la película valiéndose de materiales audiovisuales y no vívidos; en su mente pasó la idea de darle una última sorpresa, la cual sirviera como incentivo para que siguiera esforzándose y así poder dejarle un detalle especial para que recuerde este día con más entusiasmo.

John no entendía cómo ahora estaba tan nervioso, pero a la vez decidido; una combinación extraña y molesta que le impedían mantener su mente clara y serena como acostumbra. Ahora, la adrenalina corre por su cuerpo y por eso atraviesa el gran salón a toda marcha para encontrar a Roger. Él nuevamente sería su cómplice.

-¡John! Ya estamos terminando de arreglar la mesa para la comida. – la voz del baterista aparece detrás de él y de un salto se da vuelta. Su viejo amigo está con un delantal y con una bandeja en cada mano. Ante esta imagen, John arquea una ceja por la ironía de la estampa y Roger capta la indirecta de inmediato – No lo hice yo... solo sirvo. – responde con fastidio y John rueda los ojos, al tiempo que reprime una sonrisa al ver como Roger le saca la lengua de manera infantil – Y a ver, ¿tú qué haces aquí? ¿Joe te espantó?

-No todavía... puedes estar tranquilo. – dice cruzándose de brazos, sintiendo una leve puntada en la boca del estómago al ver como su amigo entrecierra los ojos – La verdad es que... me parece un buen hombre, es simpático y muy amable... extremadamente diría yo. – termina hablando en voz baja.

-Deaky, sabes que detesto que hables en voz baja, no sé si dices algo importante.

-¿Qué? – John muerde su lengua para no soltar un comentario inapropiado, pero al ver que Roger habla muy decidido, se da cuenta que a su amigo los años sí le han cobrado – No importa... por favor, necesito pedirte algo más... ahora.

Roger suaviza su rostro y asiente en silencio, para luego avanzar hacia el comedor seguido de un John que no deja de ver hacia la puerta trasera para cerciorarse que el actor no esté allí.

Al llegar a la habitación John se paraliza al ver la mesa llena de comida, algo que le recordaba a la cena de Navidad y Año Nuevo que realiza con su familia, pero esta vez en Abril. Sarina y Verónica aparecen riendo y la segunda lleva una botella de vinotinto en su mano.

Second Chances || Joe Mazzello✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora