Capitulo 5

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"No recordamos días, recordamos momentos."

Cesare Pavese.

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Cornwall - Abril, 2019.

(11:14 am)

La radiante sonrisa de Roger Taylor era lo único que podía ver hasta ahora, incluso estando dentro del auto todavía. Para él no era un secreto que el músico siempre se mostraba alegre y amable con todos, llegando a hacer una que otra broma para mantener contentos a todos, como si ese fuera su segundo trabajo.

Y en esta oportunidad no era diferente.

—¡Hola, Joe! ¡Bienvenido!

Joe, quien era casi estrangulado por el abrazo del músico, solo pudo sonreír y dejarse llevar por las emociones del mayor.

—Gracias Roger, es bueno verte de nuevo.

—Para mí es un placer tenerte aquí. ¿Cómo estuvo el viaje?

—Estuvo muy bien, no me puedo quejar — Se encoje de hombros y sonríe mientras de reojo ve a Gerard, quien toma su equipaje y lo lleva hacia dentro de la casa.

—Me alegra — Roger pasa su brazo por encima del hombro del actor y lo rodea, acercándolo más hacia él —. Espero que puedas pasarla bien con nosotros.

Para Joe, eso estaba más que asegurado.

Dentro de la gran casa no pudo evitar sentirse pequeño e insignificante, puesto que por dentro parecía mucho más grande de lo que se veía por fuera. A penas entró al vestíbulo, ya le estaba esperando una hermosa escalera en forma de caracol que da paso al segundo piso, muy al estilo inglés; eso sí, todo muy impecable y acogedor.

Pronto, Roger conduce al actor hacia la sala de estar, la cual parece ocupar la mitad de la casa. Un salón amplio y espacioso, decorado minuciosamente para hacerla más moderna, a pesar de algunos objetos que parecen ser regalos de viajes y adornos antiguos.

Joe se queda de pie en el centro de la sala, mientras escucha como Roger le da unas órdenes a Gerard, quien se marcha una vez se lo indican. Para él esto parece sacado de un set de grabación, porque con solo contar el gran ventanal que va desde el piso hasta techo, y que cubre la mitad del fondo de la sala de estar; fácilmente podía deducir que todo ese recinto costaba la vida de uno de ellos.

—Eres bienvenido a este rincón... mi escape — la voz de Roger se hace oír a sus espaldas, para verlo materializarse frente a él, con una amplia sonrisa —. Estás en tu casa, Joe. Si necesitas algo, solo dime.

La camaradería del músico con el actor era algo que para el segundo no se podía digerir. Joe no supo qué responder a lo que escuchó, quedando con la boca a medio abrir y con las palabras amontonadas en la punta de su lengua. En pocas señales, Roger dedujo el desconcierto del joven y de inmediato se echó a reír, acercándose al actor y palmeando su hombro.

—Tranquilo, sé que debes estar preguntándote qué haces aquí, ¿no?

¡Bingo! – gritó Joe en su cabeza.

—Eh... bueno, sí... creo que sigo algo confundido.

—Descuida, te mostraré la razón dentro de poco — Guiña un ojo con picardía —. Pero por ahora déjame decirte que estoy contento por tenerte aquí — Sonríe y lo toma de los hombros cariñosamente —. Desde el primer momento que te conocí, pude ver el gran hombre que eres y no miento en lo absoluto.

—Muchas gracias, Roger... no sé qué decir — El sonrojo ya corría por todo su rostro.

—No me lo agradezcas, más bien debo agradecerte a ti — El entrecejo fruncido de Joe le dio pie para que lo guiara hasta el amplio sofá en el medio de la habitación, para luego sentarse junto a él —. Creo que nunca tuve la oportunidad de hablar contigo frente a frente luego de toda la revuelta de la película. Ciertamente pasaron muchas cosas a la vez.

Second Chances || Joe Mazzello✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora