Sangrar hasta dejar de respirar

745 69 56
                                    

Capítulo 13

...

Sangrar hasta dejar de respirar

...

Miss Fortune caminó por los pasillos de la nave, viendo como sus hombres trataban aun de reparar lo que podían.

No había sido su peor batalla, habían pasado por peores, aun así, un impacto como que el sufrieron dejaban a su querido hogar tan destrozado que la hacía lamentarse.

Aun se preguntaba que tanto le costaría todo el arreglo y por cuanto tiempo cuando sus pensamientos se pausaron al entrar a su habitación.

Sona estaba allí, viendo la flor que le había regalado en uno de los muebles cerca de su cama.

—Estaba así cuando llegue, lo juro— se excusó de inmediato.

Había intentando salvar a la planta, cambiándole el recipiente por un jarrón dinástico, tesoro de una excursión, llenándolo con la tierra que había logrado levantar del suelo y poniéndole un pedazo de metal delgado para que hiciera de soporte del tallo quebrado.

Ahora cualquiera que viera la flor pensaría que fue pisoteada por una manada de elefantes y había sido restaurada por un niño de 4 años... pero Miss Fortune estaba satisfecha de ver que sobrevivía.

"Aunque quizás hubiera sido mas benevolente darle un ultimo tiro de gracias" pensó.

—¿Cómo sea? ¿Qué haces aquí? — preguntó sin intención de hablar con la chica. Realmente no se la esperaba y si hubiera querido encontrarla la hubiera buscado.

Su mente había estado haciendo unas conclusiones respecto al ataque y Sona que de momento no quería tratar.

—No quiero sonar descortés, pero estaba buscando un momento a solas para refrescarme...— trató de explicar, mientras el dolor de cabeza volvía a hacerse presente— aparte esta es mi habitación... no recuerdo haberte dado permiso de que... invadieras la privacidad de esta.

Se llevó los dedos a un costado de su frente y al mirárselos los encontró manchado de sangre. Recordó el primer momento cuando su cabeza golpeo con el suelo de la nave.

Trató de recordar algún otro golpe mientras se acercaba al espejo de su habitación, levantándose la camisa para ver su abdomen. Un enorme moretón comenzaba a formarse a un costado, recuerdos del golpe limpio que le había asestado Kayn.

Comenzó un rápido análisis de su reflejo. Se había cambiado nuevamente a sus pantalones oscuros y la camisa, ambos sucios ya por los esfuerzos de ayudar a sus hombres con la nave, pero aparte sus ropas tenían manchones de sangre, quizás suya, quizás de otros.

Era como si últimamente nunca tuviera tiempo para verse bien. Su rostro inclusive tenia manchas y tajos nuevos.

Suspiró cansada y pronto vio a Sona sumándose al reflejo del espejo.

La chica la hizo voltearse, y se apoyó su espalda en la pared, con los brazos cruzados. Esta postura no evitó que Sona pusiera una de sus manos en su frente y tratara de curar la herida que veía.

Miss Fortune solo sonrió sin decir nada, cerrando los ojos para evitar verla. No estaba de humor, pero supuso que dejar que la curandera la tratara, era mejor que ir a la cabina de enfermería donde sabía que varios de sus hombres necesitaban el servicio.

Sona tocó con cuidado el abdomen de la pirata por debajo de la tela. La pelirroja resistió el escarmiento lo mejor que pudo y poco a poco el dolor de su cuerpo se apaciguaba.

—Debe ser enorme— comentó finalmente, tomando la mano de Sona y bajándola, para alejarla de su cuerpo— la culpa.

La sanadita miró a los ojos a la chica, pero no hizo mas que darle una expresión seria.

Decisiones, decisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora