Sol Negro

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­­­­            De pronto había despertado, de un largo, muy largo, sueño. Me encontraba rodeada de una oscura luminosidad, que me impedía la vista. No hacía frío, no hacía calor, era un lugar que no era un lugar. Sentía la nada comprimiendo, aletargando, susurrándome al oído que volviera a dormir, apresándome en la vacía infinitud. Y me vi obligada a aceptar, una y otra vez.

Me preguntaba qué era aquel lugar, no era nada, era la nada. Me preguntaba que hubo allí alguna vez, pero no hubo nada. Como ecos de un pasado distante, sensaciones me envolvían, me acurrucaban, y finalmente... me abandonaron, allí, a la deriva, en un lugar de negra blancura, no había ni habrá nada, a excepción de mí.

Lentamente comencé a pensar, ¿Qué debería hacer allí? ¿Cómo llegué aquí? Dudaba continuamente, hasta que algo brota en mi interior, como una chispa, fugaz que desaparece antes de darme cuenta de su llegada. Sin embargo, por algún motivo... me sentía solitaria, vacía, como si olvidara algo muy importante, algo que quizá debería hacer, decir... no lo sé, no sabría definirlo.

¿Quién era yo? Supongo que si todo comenzara de nuevo, no sería nadie. Es algo apropiado para dónde me encontraba, digo donde, pero no sé qué es aquí. Si lo definiera sería justo como se ve, Nada, nada hacía todas direcciones, nada hacía adentro, nada hacía afuera... pero yo estaba allí. ¿Yo era Nada? Me agobia esa respuesta, lo hace hoy y lo hará mañana.

Aun en el sobrecogedor vacío, sin recuerdos de lo que era yo, lo que fui o siquiera mi propio nombre, me sentía solitaria, no puedo quitarme esa sensación de encima. Por más que intentase avanzar desesperadamente por ese "Lugar", no llegaba a ningún lugar. Pero esa chispa se haría cada vez más fuerte, más vivaz, hasta que en algún momento, atrapada entre mis reflexiones, comenzó a recorrer mi cuerpo, abarcado los confines entre la infinitud y yo.

"¿Si todo comenzara de nuevo, cómo lo harías?" por algún motivo, eso vino a mi mente en ese entonces. Y rápidamente todo comenzó a suceder, la oscura luminosidad, que me impedía la vista, fue desvaneciéndose con unas simples palabras, que me sacaron de mi letargo. Ya deberías conocerlas. Ese anhelo, fue de libertad, mientras la aterradora sensación de soledad comenzaba a dejarme, con la única compañía del espacio en blanco a mí alrededor, no había nada más que un espacio vacío, un rincón abandonado... eso es lo que era.

Mientras esa falsa luz se desvanecía, llevándose consigo todas mis ilusiones y esperanzas, el primer latido de algo retumbó en la nada, esparciéndose como olas que abarcaron hasta donde podía ver, y más allá, resquebrajando sus confines, sangrantes, sufrientes ante tal singularidad, en el borde de lo no creado, la inexistente soledad, finalmente acabó... y brilló una luz, iluminando tenuemente las sombras a su paso.

Y entonces me percaté de ello, mis ojos finalmente habían visto algo, no era la nada, era... "Creación" susurró en mi oído, ¿Quién era aquello, que me hablaba, sin pronunciar palabra? ¿Quién me despertó de una eternidad de sueño? ¿Quién me arrancó de las entrañas de la inexistencia, arrojándome aquí, ante tal magnífica bastedad? Y luego, otro apareció, y tras él, muchos otros, incontables seres de inenarrables características y formas. Me llamaron hermana, la primera, y muchos nombres similares... pero nunca me importaron, ante mí, todo era igual, todo era hermoso, amaba este lugar llamado Creación. Todo era sorprendente, inimaginable.

Y allí, en un rincón abandonado, seres tan fugaces y efímeros llamaron mi atención, no eran fuertes, no eran los más inteligentes, no poseían grandes aptitudes, pero poseían algo que nosotros jamás comprenderemos, incluso ahora. Y tomé una decisión... algo que cambiaría para siempre lo que somos, lo que seremos y lo que alguna vez fuimos. Caímos.

¿Qué si me arrepiento? Es curioso, si lo hiciera ninguno de los dos estaría aquí, ahora, ni nunca. Porque después de todo, éste es el único lugar, en toda la creación dónde encontré a alguien igual a mí. Eso es algo que alguien como tú no entenderías... después de todo, eres uno de ellos.

El Amanecer de los CondenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora