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Los meses seguían de la misma manera, Adrien se comportaba igual, el único cambio es que habían decidido salir nuevamente a explorar los lugares lejanos ¿porque era que se habían detenido? me pregunté, alguna vez Juleka me lo dijo pero no lo recuerdo y Adrien raras veces me dirigía la palabra dentro de la tienda que era cuando deberíamos hablar.

Adrien salía con “sus hombres de confianza” como alguna vez me había mencionado, y dejaba a Gorila a cargo de quienes quedabamos en el asentamiento.

-Ya debieron haber vuelto- Juleka habló junto mi una noche, estábamos fuera junto a la fogata, en esos instantes eran las únicas veces en donde nosotras éramos “libres”, a pesar de estar encerrada Gorila y uno que otro joven, ellos no  eran tan malos como los hombres quienes habían acompañado a Adrien. 

Adrien se había ido hace dos semanas, jamás los viajes duraban tanto y eso me estaba preocupando pero no le di importancia al asunto frente a Juleka

-Entonces deben estar a punto de llegar- dije para luego levantarme e ir a un lugar que habíamos “descubierto”, siempre ha estado allí pero hace unos meses, mientras caminaba con la chica, dimos con un lugar un poco alejado y escondido del asentamiento en donde el cielo se podía ver en todo su esplendor, sin ser tapado por árboles, un lugar en donde podían imaginar a Emma junto a mi, mirando la luna y contando las estrellas.

-¿A dónde vas?- pregunto la pelinegra, mirando de reojo a gorila, también mire en la dirección del hombre y este estaba pendiente de una pequeña  muñeca que había confeccionado para una de las niñas que cuidaba- podría…

-No se dará cuenta- le asegure- cúbreme

Sin más me dirigí a ese tranquilo sector, el viento estaba extrañamente cálido, electrizado… era como si se acercara una tormenta…¿Tormenta? Me pregunté a mi misma ante aquella palabra que parecía haber pronunciado hace bastante, lo cual era extraño…la palabra se sentía rara al pronunciarla, como si mi vocabulario no la pudiera procesar del todo.

A diferencia de otras ocasiones, esta vez no pensé en mi hija al estar allí, solo me senté a observar el cielo y a recordar... ¿que recordaba? no estaba segura, solo sabía que algo andaba mal pero no lograba ver que. No se cuanto tiempo divague entre mis recuerdos pero de un momento a otro me vi sacada de mis pensamientos por una mano, que, sin percatarme, me tapo la boca y me inmovilizó sosteniendo mis brazos tras mi espalda… Viperion, pensé...de todos aquí era á quien más temía, me pregunte donde estaba Adrien

-Suéltame- trate de decir, forcejeando para que me soltara

-¿Así es como tratas a tu esposo?- al escucharlo supe que era Adrien, pero ¿porque actuaba de esa forma?, no supe como pero de un momento a otro cambió nuestra posición, quedando sobre mi, inmovilizando mis brazos sobre mi cabeza- ¿Me extrañaste Marinette?- dijo acercando su rostro al mío, su aliento apestaba alcohol…

-Estas ebrio-dije, tratando de zafarme, pero él solo aumento el agarre

-Te extrañe- ignoro lo que dijo, sostuvo con una mano mis muñecas mientras que con la otra comenzaba a tocar mi cuerpo, mis ojos se llenaron de lágrimas 

-Adrien…- dije en un susurro, mi voz sonaba quebrada, su mano apretó uno de mis pechos

-No sabes cuanto te deseo- dijo con voz ronca antes de tomar mis labios en un violento beso, mordió mi labio para  tener más acceso y así profundizar el beso, por mas que lo intente no pude zafarme, sentí como su mano descendía lentamente, acaricio mi vientre- ya es hora de que el linaje Noir crezca ¿no lo crees?- ante esas palabras mas lágrimas salieron de mis ojos mientras él comenzaba a besar mi cuello, su mano descendió aún más

ATEMPORALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora