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Encontraba tan irreal lo que están viviendo, gritaba cuando Adrien me lo indicaba mientras él decía cosas en esa extraña lengua que no entendía. Luego de unos minutos habló

-Ahora saldré por un momento, cuando regrese te explicaré todo...o lo que se, ¿está bien?- me dijo, notaba preocupación en su voz, yo asentí en señal de entendimiento. Mis cuerdas vocales estaban desgastadas por lo que no hablaría de no ser necesario...¿Era necesario gritar?, Pensé decidiéndo que aquello sería lo primero que le preguntaría a Adrien cuando volviera.

Vi salir al rubio de la tienda, y al instante se escucharon nuevamente gritos que parecían estar celebrando algo, era extraño y mi mente aún estaba perturbada por todo lo que estaba pasando como para pensar siquiera en la razones por las que estoy aquí en primero lugar...línea temporal, Marinette, ordena los hechos, me dije a mi misma. Muchas veces tenía problemas para recordar el orden en que ocurrían ciertas cosas, defecto que Nino asociaba a la forma en que me sumergía en el trabajo, sin percatarme del paso del tiempo ni lo que me rodeaba. Cuando me encontraba en ese estado podía pasar días en los que respondía de manera automática percatándome horas después

~ Marinette, buenas noticias- Nino entro a la oficina que la azabache tenía en casa- llamaron de la estación al parecer el programa especial de Jagged Stone se prolongó por lo que podré pasar por Emma antes de ir a trabajar y...

- Estupendo- respondió Marinette sin haber sido del todo conciente de lo dicho por su esposo, estaba revisando datos anómalos que no le agradaba, debía rehacer las pruebas y eso le molestaba pues sabía que se retrasaría al menos seis meses en que llegarán nuevamente a este punto en los resultados- lo lamentó Nino, ¿Que dijiste?- la mujer se dió la vuelta para mirar a su esposo, pero al ver que no estaba le restó importancia y siguió haciendo su trabajo.

-¿Marinette?- Nino entró nuevamente a su oficina, horas más tarde después de haberse despedido de su esposa -¿Donde esta Emma?

-¿De qué hablas?- su mente se activo ante el tono preocupado en que Nino dijo el nombre de su hija- pensé que tú fuiste por ella, hoy entraste más tarde

-Marinette, eso fue ayer- Nino se puso nervioso, comenzó a correr hacia la salida de su casa, Marinette lo siguió

-¿Como que ayer? Me dijiste que hoy podrías

-Ayer Marinette- abrió la puerta de su auto- demonios Mari, debías ir por ella hace tres horas!!!

-Yo- no sabía que decir, pensó que aquello lo había escuchado hoy, pues se lo había dicho cuando revisaba los datos del experimento tres...aunque ayer también hice eso, reflexionó...amaba su trabajo, pero algunas veces se volvía tedioso y repetitivo, revisar datos, números, repetir experimentos una y otra vez. Muchos recordaban conversaciones asociando las a las acciones que hacían al momento de escucharlas, pero ella no podía, no cuando día tras días revisaba planillas de datos, configuraba programas y analizaba gráficos, en ese sentido todos los días parecían ser el mismo- lo lamento Nino- Marinette tenía ganas de llorar, impotencia y rabia, preocupación y miedo. Sabía que muchas veces se abstraia de la realidad para enfocarse en su trabajo, era un rasgo que tenía desde pequeña, aunque en ese entonces se pasaba horas y horas dibujando y diseñado...algo que ya no hacía más.

-Descuida- dijo Nino, estaba molesto pero no con Marinette, más bien consigo mismo. Conocía a su esposa desde la secundaria y sabía que muchas veces no prestaba atención, debió llamarla para recordarle que debía ir por Emma a la casa de Rose, la niñera quién pasaba por la niña a la guardería para cuidarla mientras sus padres terminaban sus trabajos. No pensó que Marinette recordaría lo dicho el día anterior creyendo que se refería a hoy...incluso luego de terminar su trabajo la azabache jugó con ellos antes de que Nino fuera a trabajar en la estación de radio...¿No lo recuerda?, Se preguntó- Marinette, ¿Recuerdas que hiciste ayer?

ATEMPORALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora