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-Buenos días- dijo la niña estirando su mano para que la maestra la tomara- soy Emma Lahiffe

-Buenos días- dijo la maestra mirando como la pequeña tenía un pequeño puchero mientras veía a alguien a sus espaldas... supongo que no quiere separarse de su madre, pensó la maestra viendo la típica actitud que tenían los niños en su primer dia de clases- no te preocupes pequeña, tu madre te estará esperando a la salida- La maestra Bustier no comprendió de inmediato el porqué del llanto de la niña, pero se percató de la razón cuando por su lado pasó un hombre quien se agacho para abrazar a Emma- Emma no llores, estaré aquí a la salida- escucho la maestra- solo serán unas pocas horas

-Pero mamá- dijo la niña sollozando- me prometió estar siempre en mis primeros días de clases

-Y sabes que ella siempre esta contigo- dijo Nino tratando de mantenerse fuerte ante las palabras de su hija.

A pesar del año que había pasado la niña le costaba aceptar la partida de su madre, más aún cuando la noticia de que el incendio fue intencional había traído nuevamente al ojo mediático todo lo que había tenido que pasar hace un año... Emma jamas habia sido una niña de dejar pasar detalles, por lo que captó rápidamente al ver las noticias en televisión que aquello se relacionaba a la pérdida de su madre y, al igual que Nino, lo poco que habían avanzado en aceptar su nueva realidad se vio fuertemente golpeado, llevándolos a un estado emocional en el que hizo que Nino pidiera nuevamente dias en el trabajo, y pensando seriamente retrasar la entrada de Emma al primer grado. Un viaje, alguna vez escuchó por parte de sus amigos como una forma para despejar la mente de la niña y de paso la suya, una forma de empezar de nuevo

-¿Señor Lahiffe?- preguntó la maestra- soy la maestra de primer grado de su hija- se presentó- yo lo lamento

-¿Porque?- Pregunto confuso, no entendiendo a qué se refería la maestra

-Creo que dije algo inapropiado- dijo lo más bajo posible para que la niña quien se sostenía a las piernas de su padre no escuchara

-Tal vez debí informar de mi situación antes- reflexionó Nino, el entender a lo que se refería la maestra- no se preocupe... ¿es necesario que asista el primer día?

-No, puede faltar el tiempo que estime conveniente- respondió de forma amable, mirando como la niña aún lloraba apoyada sujeta a las piernas de su padre.

-Gracias- Nino dijo para levantar a su pequeña y dirigirse hacia la salida, pensando en que tal vez la recomendación no era tan descabellada como sonaba cuando se la dijo- Emma- llamó la atención una vez en la calle- ¿qué te parece ir a visitar a tus abuelos? estamos cerca y hace algunos días que no los ves- la niña solo asintió, lo que hizo que Nino se dirigiera a la panadería Dupain-Cheng

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-¿Que ocurrió?- dijo Sabine viendo como Tom y Emma jugaban, o intentaban jugar, ajedrez

-Creo que la maestra mencionó a Marinette- Nino tambien miraba a Emma, la niña se veía seria pero más tranquila de lo que había estado hace unos minutos

-Ya veo- dijo, sonriendo cuando percibió una tímida sonrisa en el rostro de Emma, desde que ocurrió la tragedia la niña no sonreía, no constantemente como lo hacía antes, por lo que escucharla reír, a pesar de haber sido corta, alegraba a Sabine y Nino- y ¿que harás, ¿la llevaras mañana?

-No lo sé... creo que lo mejor es dejar que todo pase y...

-Sobre eso, nos incluiremos en la demanda- dijo Sabine informando sus planes ante la nueva noticia

-¿En serio? ¿Es posible?- Nino volteo a ver a Sabine, quien se veía más seria de lo que solía ser

-Pensábamos hacerlo antes, culpar al laboratorio de que no habían las medidas de seguridad necesarias, pero ahora que hay un culpable...

ATEMPORALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora