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Me quedé mirándolo a los ojos por lo que pareció una eternidad, pidiendo silenciosamente que aceptara, era lo mejor para ambos. Alejarnos de este lugar y buscar un sitio más tranquilo, o al menos uno en donde no tuviera que mirar  sobre mi hombro por cada paso que daba. Sentía que cada dia que pasaba el peligro aumentaba

-Esta bien- Adrien habló, sacándome de mis divagaciones y trayendo a la realidad, debía convencerlo y…¿aceptó?

-¿En serio?

-Claro- se encogió de hombros- de todas formas tenemos que irnos en algún momento si no queremos perder la cabeza aquí...literal- creo que en mi cara se notó la confusión que había dejado sus palabras- también los he escuchado hablar… en cualquier momento habrá un motín

-¿Acaso estamos en el mar?- pregunte por el término que había utilizado

-Puede ser, pero el capitán Noir abandonará el barco antes de que eso ocurra- dijo señalandose a si mismo

-¡Ah no!- lo señale de manera acusatoria- nada de capitán Noir… Adrien deja de bromear, esto es serio

-Lo se, pero es mejor tomar lo que sucede con humor

-Si claro- rodé los ojos ante lo infantil que solía ser algunas veces, pero prefería mil veces a esta versión que a la que mostraba ante su gente- ¿que haremos entonces?

-Tenemos que salir en unos días más, pero no tardaremos tanto así que…

-¿Cuando regreses?

-Si, no se percatarán de que nos fuimos, no hasta que pasen horas e incluso días

-Debes tener cuidado si vas- mi preocupación se noto en mi voz, temía que ese viaje fuera una trampa… en realidad temía que todos los viajes fueran una trampa pero solo debía confiar en que lo lograria

-Lo tendré… como siempre- me dio un abrazo antes de salir de la tienda y empezar su actuación... 

Cuando Adrien se fue, comencé a preparar todo para nuestra partida. No llevamos mucho, solo cosas básicas como abrigo y algo de comida. Cuando él volviera debíamos irnos cuando sus hombres durmieran, eso nos daría al menos 12 horas de ventaja.

***

La mujer se acercó aún más a la tumba, sacando unos papeles de su bolso- sabes, cuando Kim  llegó con esta información no lo quiera creer, es decir…¿porque?...y ahora no se que hacer, si le digo a Nino él podría…- la chica comenzó a sollozar- soy egoísta Marinette y estoy enamorada,  se que si le digo que aún estas desaparecida él podría volver a ese estado en el que lo conocí…- la mujer bajó su mirada mientras limpiaba sus lágrimas- no quiero verlo sufrir, no cuando no se donde estas, no puedo darle falsas esperanzas- suspiro nuevamente, sentándose al borde de la tumba, observando las flores que había dejado el moreno-  puede que no seas tú quien está enterrada aquí pero tampoco puedo asegurar que sigues viva...no quiero que ellos vuelvan a estar tristes

Alya cerró sus ojos, sintiendo como la brisa tocaba su piel, estar allí no le gustaba, no sabiendo tantas verdades que debía callar por su propio bien, y por el bien de aquellos que quería. Pero la noticia entregada por el ex- oficial la había desconcertado, ambos trabajaban en el mismo caso, pero no esperaba la información que el hombre le había entregado esa tarde.

-Marinette, prometo que te encontraré- dijo la morena levantándose, mirando las letras de un nombre que no representaba a quién estaba realmente en la tumba-  pero no puedo decirle esto a Nino, mucho menos a Emma

-Sabía que te encontraría aquí- dijo un hombre tras ella- no me dejaste terminar

-No era necesario, lo importante ya lo dijiste- respondió sin inmutarse, sabía lo necesario y lo otro lo podía intuir

ATEMPORALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora