Capítulo 2

6 2 6
                                        

"No me hables".

Montserrat Harrison.

Cuando me alejé lo más posible, pedí un taxi. Así que en menos de lo que pensé, ya estaba camino a mi casa. En el transcurso del camino mis pensamientos estuvieron en una sola persona.

El chico del cigarro.

Era tan extraño, pero no sé porqué no podía dejar de pensar en él. Quizás su manera tajante de decir las cosas, o quizás su honestidad al decirme que necesitaba un cigarro. No sé que era, solo sabía que mis pensamientos no se iban a calmar hasta que lo conociera y hablara con él.

Pero eso se oía tan imposible, porque él se notaba que era de esos chicos que no querían tener amigos, al menos, eso creía.

Cuando el taxi estacionó enfrente de mi casa, suspiré pesadamente. Estaba tan molesta con mis padres, bueno, más que todo con mi madre... ella siempre queriendo tener todo el control, queriendo que sea su marioneta.

Y no podía seguir así, tenía que intentar algo.

Mi celular empezó a sonar sin cesar, llamadas de mi padre y madre, no les conteste, y no lo haría hasta que estuviera segura que ya habia terminado la conferencia.

Me vestí con ropa cómoda, la verdad me sentí mal al no relucir mi vestido en toda la conferencia pero... ya no había vuelta atrás. Lo que me consolaba era saber que al menos, un chico extraño y jodidamente atractivo si me vio bien vestida.

Pero, también me fijé que no observó nada más que mi rostro, no me dio repasos, ni una mirada, nada, absolutamente nada.

Quizás para él sólo era una chica común y corriente. O quizás en verdad soy fea.

No, no, no. No tenía tan mal aspecto, no soy tan delgada como las modelos, pero estaba consciente que tenía lo mío, mi rostro no es tan feo, entonces... ¿Por qué no me vio ni una sola vez?

Borré esos pensamientos de mi mente y hice lo posible por ya no pensar en él. Estaba consciente que estaba saliendo con alguien, bien, no era mi novio, pero se merecía igual el respeto.

Hablando de ello, le mande un breve mensaje.

"Estoy aburrida. ¿Nos vemos?"

Su mensaje llegó casi al segundo.

"No puedo linda,
tengo entrenamiento,
nos vemos luego"

Bien, me sentí un poco decepcionada, quizás si no me hubiera ido y me hubiera quedado con aquel extraño chico, estaría menos que aburrida, pero a veces, cometo muchas estupideces.

Me sobresalté al escuchar el sonido de llamada en mi celular, cuando lo tomé tenía escrito el nombre de papá, así que lo conteste un poco nerviosa.

Hija, ¿dónde estas? —escuché su voz preocupada a través de el celular.

—Estoy en casa, me sentía desganada así que pedí un taxi — respondí mordiendo mis uñas.

Bien, pequeña, ya casi salimos —dijo ya relajado.

Mi padre en serio era el mejor hombre del planeta.

—Bien, te quiero pa —dije con una sonrisita.

Se acabó la llamada y yo decidí darme una pequeña siesta. Me dormí rápidamente, y en mis sueños, soñé que ese chico de ojos caramelos...

InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora