Segunda parte

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Lidia: Pero también debes de comprender que nos nada fácil llegar a la perfección ¿Osea que nunca en la vida haz ayunado?

Sofía: Bueno eso sí, no pequeña jamás lo he intentado pero no dudes que lo haré solo dime como hacerlo y ya, entre más rápido sea el cambio será mucho mejor.

Lidia: Por eso me gusta platicar contigo, porque no dejas que nada te venza, bueno en el ayuno simplemente no comes nada, haces ejercicio pero no comas nada sólo agua y verás que bien te sentirás.

Sofía: Umm suena bien lo haré desde mañana oye y las pastillas que tienen ¿Qué tienen que ver aquí?

Lidia: Paso por paso Sofía para querer volar hay que aprender a correr primero, todo a su tiempo tu relájate, y me tengo que ir, me cuentas como te va mañana hasta luego.

Nunca quería retrasarme con nada ya había perdido alrededor de 7 kilos y sabía que podía ir por más, y que me ganaría un consejo más de Lidia, de alguna manera me sentía preocupada por Roxana, tenía ya tres meses sin saber nada de ella, pensaba que a lo mejor en el nuevo lugar que vivía se habían tardado en regresarle su línea de Internet y que cuando menos me lo esperara regresaría.

Todo lo veía bien o al menos eso pensaba, hacía tiempo que ya no sentía nada por Axel, yo solo quería que viera en la bella mariposa en la que me convertiría y que se tragaría cada una de sus palabras, o al menos eso esperaba, me había propuesto que cuando de sus boca salieran disculpas y pidiera una oportunidad pararía ya que me habría convertido para ese momento una chica que cualquiera quisiera.

-¡Sofía! Ven a cenar.

-¡No tengo hambre!

-Ven rápido-contestó mi mamá.

Bajé rápido y encontré a mi papá, al principio de clases él se había mudado de casa, ya que había encontrado un lugar mejor para trabajar así que tuvo que irse, yo siempre había sido bastante apegada a él y en ocasiones por la noche lloraba mucho al saber que el ya no estaba conmigo.

-¡Papá!- Me abalancé sobre él y lo abrace.

-¡Mi niña! ¿Cómo estás? Estas bajando de peso te ves divina, te felicito mucho, tu mamá me ha dicho que te has comprometido mucho con el ejercicio y que has sabido llevar una buena dieta no sabes que orgulloso me siento por ti.

Lo miré a los ojos seriamente, me sentía mal por estarle mintiendo a la persona que mas amo con todo el corazón.

-Gracias papi, no ha sido fácil, pero le estamos echando ganas, y si no te molesta subiré a dormir mañana tengo un día algo pesado, y pues quiero dormir temprano, cené un poco de fruta hace rato.

-Si no te preocupes hija, buenas noches, descansa mi campeona.

Lo volví a mirar y me destrozó el alma, le di un beso en la frente, le acaricié el cabello y me fui a mi cuarto pensaba en lo que me había convertido, pero pensé también en el daño que ya me habían hecho, sabía que el algún día me lo perdonaría, así que no estaba entre mis planes dejarlo aún.

FragilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora