Capítulo 10: Demencia total.

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Primera parte

El regreso a clases era emocionante para mí el cambio ya era demasiado notorio, quería que todos me admiraran y me dijeran que estaba muy delgada, mi mamá tuvo que hacerme un nuevo uniforme, pero no era porque ya no entrara en el, si no al contrario era porque me quedaba demasiado grande me sentía satisfecha pero aún no lo suficiente, la preocupación de mi mamá día a día crecía, pero yo no tenía el valor de contarle lo que realmente pasaba.

Los días pasaban y yo no vivía como debía de ser, en la mañanas mi único pensamiento era las calorías que consumiría, en las tardes la comida me daba mucho asco que sólo jugaba con ella para más tarde terminar tirándola y las noches eran una tortura, confundía las obscuridad de mi vida con la obscuridad de mi habitación, pasaba noches llorando hasta quedarme dormida, muchas veces pensaba que debía de dejarlo, pero muchas otras decía que el dolor del hambre era el placer más grande que podía tener, por la madrugada a veces sentía la desesperación por comer algo y lo único que me calmaba era el sentirme los huesos, de mi cadera y costillas.

Se me olvidaron los amigos, se me olvidaron las salidas, se me olvido vivir, mi mundo giraba solo en torno a ellas, para mí no existía el amor, solo el sufrimiento, no existía la calidez, sólo el frio de mi piel, no existían las noches estrelladas, sólo existían los gritos en mi almohada. Nunca estuve conforme con lo que veía, y sin darme cuenta el tiempo seguía transcurriendo.

-Sofía, baja a comer.- Dijo mi mamá

-¡Ya comí en la escuela!

-¡No me importa! Baja de inmediato

-¡Ya voy!-Bajé, miré la mesa y había una pizza que ante mis ojos era una inmensidad.

-¡Siéntate!

-Los acompaño, pero no comeré, ya comí.

-Toma- me acercó una rebana, la tome y la puse frente a mí, la mire con desprecio y la hice a un lado.

-¡Cómetela!

Mi madre se levantó de la mesa, tomé la pizza y le pegué una mordida, el sabor me daba asco, la consistencia, todo se me hacía un horror, me apresuré, pedí permiso para retirarme, fui a la cocina y me hice una purga para poder vomitarla sin problemas, corrí a mi habitación de inmediato al baño, y empecé a provocarme el vómito, siempre fui muy silenciosa para vomitar, pero mis ojos me delataban.

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