Capítulo 8: Mi nueva identidad.

7 0 0
                                    

Primera parte

Después de que habían pasado algunos días de haberme despedido de Roxana aún pensaba en la sensación extraña al verla irse y por un momento sentí que me había quedado sola, tenía un poco de miedo al observar a mi alrededor y ver que mis amistades ya empezaban a desaparecer una a una, pero para ser franca sentía que me importaba muy poco de algunamanera pensaba que dejarían de estorbarme un poco y podría seguir con lo que había comenzado a lado de Roxana, pero al paso de los días en la escuela se me hacía un poco pesado, el no hablar ni comer m estaba aislando de mi realidad, dentro de mi tristeza y soledad sentía que podía hablar con Ana así que la convertí en mi mejor amiga.

Pensaba que nadie entendía mi dolor, mucho menos comprendía lo que yo vivía así que no aceptaba ninguna opinión de nadie, mi comportamiento era agresivo, mi luz se fue apagando poco a poco, mis energías fueron desapareciendo, me estaba consumiendo a mí misma y por momentos tenía muchas preguntas acerca de mi entorno pero sabía que llegaría el momento en que yo sola me las respondería.

Mi vestimenta cambió terminé por guardar la ropa entallada y empezar a utilizar ropa que de alguna forma no dejara mostrar mi cuerpo, me daba vergüenza, sentía que en cualquier momento podría llegar a la locura, el maquillaje desapareció y los sustituyeron las ojeras y la palidez en mi rostro, sabía que el color podía recuperarlo de alguna forma, pero el cuerpo no lo podría cambiar más que lograr lo propuesto hasta ese momento.

Terminé por buscar una amiga en internet que comprendiera lo que era el mundo de las princesas, su nombre era Lidia, era una chica del Sur de Perú no recuerdo bien el nombre del lugar al que ella pertenecía, recuerdo las horas que pasábamos platicando, siempre nos poníamos una hora fija acordando nuestros horarios entre país y país, nos mandábamos dietas, fotos de nuestro avance, era la única forma en la que yo me sentía completa, era para mí como el reemplazo de Roxana, la extrañaba a ella pero también empezaba a extrañarme a mí misma, sabía que me estaba perdiendo poco a poco que el grado de locura y obsesión aumentaba un poco cada día.

Los días seguían pasando, hasta que en poco tiempo se convirtieron 3 meses y cada vez se me hacía menos suficiente el esfuerzo siempre creía que necesi9taba un poco más de lo normal, hasta que Lidia me dijo:

Lidia: ¡Sofía! Hoy te tengo algo nuevo que leí en nuestra página preferida.

Sofía: Lidia por eso te adoro cuéntame ¿De qué se trata?
Lidia: Bueno Sofi, se trata de unas pastillitas que nos van a ayudar a perder mucho peso en muy pocos días. ¿Alguna vez haz ayunado?

Sofía: ¿Ayunado? ¿No comer nada durante todo el día? Siempre que mi madre me hace comer algo que se que contiene muchas calorías por lo normal recurro a Mía pero no me gusta mucho porque es realmente dolorosa.

FragilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora