Segunda parte

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Llegamos al laboratorio, donde me pesaron y me pusieron en máquinas bastante grandes, también me pusieron una liga para sacar la muestra de sangre, cuando me hicieron la prueba de orina, mi mamá entró conmigo. Y por fin se acabaron las pruebas, nos dijeron que regresáramos en una hora, así que nos fuimos a caminar.

-Sofía, aun estás a tiempo de decirme la verdad.

-¿De qué hablas mamá?

-Pues de si estás enferma.

-¿Hacer ejercicio y una dieta es estar enfermo? Por favor mamá, yo no voy a tener el mismo final que Roxana.

Ella me miró fijamente, y no dijo nada.

Al regreso al laboratorio me dieron un sobre grande transparente con muchos papeles y láminas por dentro junto con otro sobre más pequeño con una firma un poco rara y un sello que decía: Urgente.

Por obvias razones eso alteró a mi mamá, así que tomamos un taxi. Llegamos a la plaza donde la doctora tenía su consultorio, tardo un poco más de 20 minutos en atendernos, yo me sentía tranquila y segura, pero me cambiaron la jugada.

Al entrar al consultorio, le di el sobre a la doctora.

-Veamos que tenemos por aquí.

Abrió el sobre e hizo a un lado lo demás.
Me miró fijamente a los ojos y luego miró a mi mamá y dijo:

-Efectivamente su hija sufre de Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa, tiene que ser tratada ya, los informes que me dieron no son nada agradables.

-¿Haz vomitado sangre Sofía?

-No.- Mentí.

-Pues opino lo contrario corazón, te diré lo que tienes haber si sigues mintiendo. Tienes el esófago destruido, la garganta sumamente irritada, tienes gastritis que si no te damos algún medicamento en pocos meses puede convertirse en úlcera, tienes una infección en los riñones debido a la sal, tus defensas y vitaminas están bastante bajas, y para finalizar, tienes principios de Anemia.

Esa palabra me atemorizó, pero aún no me sentía lista para dejar a mis princesas, tendría que ser fuerte para todo lo que se iba a venir.

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