Capítulo 16: Cayendo en depresión

8 0 0
                                    

Primera parte 

Habían pasado ya 4 meses dentro del tratamiento, los resultados se veían, no había subido mucho de peso así que el cambio no era muy notorio, mi mamá se notaba un poco más contenta, más tranquila, incluso Elena había ido a visitarme para que pudiéramos arreglar las cosas, aparentemente todo pintaba perfecto, pero yo seguía con mucha tristeza, sentía que algo me faltaba, no era Feliz.

Me sentía muerta en vida, cada que comía tenía que esperarme en la mesa alrededor de una hora, cada que iba al baño siempre había alguien cuidándome en la puerta, era bastante incómoda, lloraba todas las noches prácticamente, y comencé a cortarme.

Primero empecé con cortadas pequeñas, sentía que ahí se concentraba el dolor que sentía en el alma, que las gotas de sangre que corrían en mi brazo eran las culpas que se derramaban hasta estrellarse en el piso y deshacer un pedazo de la culpa, y peor aún pensaba en Roxana, pensaba en que ella estaba decepcionada de mi por no haber logrado la meta propuesta, en ocasiones pensaba que ella murió feliz, porque había muerto “Hermosa” pero a la vez decía que ese no era el tipo de muerte que quería para mí, estaba realmente confundida.

Mi vestimenta no cambió, siempre traía suéteres largos que cubrieran mis brazos llenos de marcas, incluso me corte arriba del tobillo “Alone” (Sola) que era como realmente me sentía, me miraba al espejo y no podía creer lo que veía, decía que era mi felicidad a cambio de la de mi familia y lo veía injusto de cierta forma.

El infierno en el que vivía me había hecho adicta a él, a su dolor, a su hambre, a su falta de esperanza, a su obscuridad, me había hecho su esclava su fiel seguidora, me habían escondido la llave para salir de él, no le encontraba ningún sentido a nada, mi ser estaba lleno de miedo, incertidumbre, soledad, una bomba de sentimientos encontrados había estallado dentro de mí. Y mi pregunta eterna: ¿Por qué a mí? ¿Seré una mala persona para merecer esto?, no podía entender el sentido de mi vida, porque no le encontraba ninguno.

Comía pero la comida no me sabía a nada, me arreglaba pero no encontraba mi belleza, me dejaba abrazar pero no encontraba calidez alguna en tal abrazo.

¿De qué estoy hecha? ¿De qué me hicieron? ¿Cuánto tiempo lo soportaré? Tenía demasiadas preguntas y ninguna respuesta, fue cuando entendí lo que la doctora me dijo, yo sola encontraré mi cura.

FragilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora