𝙸𝚗 𝚕𝚘𝚟𝚎.

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I'm falling for you

No sabía qué era lo que pasaba.

Todo era tan confuso para él, para su corazón. Para su mente, la cual siempre estaba tan concentrada en su trabajo y vida de héroe. Gracias a la Comisión, siempre estaba metido en ello.
Pero no podía controlar sus pensamientos por aquella muchacha, cada que la veía, sentía claramente cómo su corazón daba un gran vuelco y se sentía en las mismísimas nubes.

Que desequilibraba sus sentidos y sus alas se esponjaban cuando ella pasaba por su costado, dejando las plumas rojizas todas desordenadas, como si una gran ventisca hubiera pasado por él.
Y cuando no estaba con ella, se la imaginaba. Su rostro redondo, su sonrisa tan brillante con los caninos sobresalientes que poseía.
El cabello tan oscuro como la noche, corto hasta la altura de la nuca, y un cerquillo que adornaba su frente.

Pudo distinguir sus cejas gracias a que una vez ella se acomodó el cabello con disimulo mientras se dirigía hacia su oficina. Incluso, cuando caminaron uno al lado del otro, el fuerte olor a duraznos frescos y fresas, el cual lo hizo estremecerse de pies a cabeza.

Sus ojos.

Ah...

Keigo y ella tenían el mismo color de ojos, pero el rubio no sabía el motivo o razón por la que siempre aquellos ámbares preciosos, hacían que todo él diera un vértigo increíble. Como si ella fuera la guía de su vuelo, y decidiera a su antojo el movimiento de sus alas para cambiar, ir contra el viento para que su mente se complicará cada vez más y más.

Carraspeó levemente mientras caminaba por el pasillo, enseñando con algo de altanería sus alas, dejando ver lo brillantes que estaban el día de hoy, lo arregladas que se veían, pues se había despertado más temprano de lo habitual para arreglar sus plumas.
La heroína tenía cierta admiración a su mayor, cuando entró a su agencia, ella no pudo dejar de adularlo cuando lo vió.

La heroína tenía cierta admiración a su mayor, cuando entró a su agencia, ella no pudo dejar de adularlo cuando lo vió

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Su cola se movía de un lado a otro con entusiasmo, sin poder contener toda la felicidad que sentía en ese momento. A pesar de ser solo dos años menor que el héroe, él había logrado tantas cosas desde muy joven.

Cuando vió entrar al rubio, su corazón se detuvo. No podía ocultar el hecho de que la impresionó cuando entró a la oficina del mismo, levantándose al instante ni bien escuchó la puerta abrirse. Había sido reclutada por la agencia de Hawks para pertenecer a la misma.

Hizo una reverencia cuando lo vió, sin poder esconder su extremidad sobrante, la cual era tan visible delatora, una risa por parte del mayor se hizo notar, seguido de la puerta cerrándose tras él.

—¡Muchas gracias por haberme reclutado Sr. Hawks! —agradeció mientras alzaba su rostro con vergüenza, pasando su azabache cola por una de sus manos para que se quedara quieta.

La sonrisa relajada que siempre mostraba el héroe, cambió a una más amable de lo jamás había visto, haciéndola sonrojar con notoriedad.

—Tranquila, tranquila.—rió con sutileza. —No me digas señor, aún sigo en mis veintes. —se acercó hasta el escritorio para rodearlo y llegar a su silla, seguido, la azabache se sentó, aún con los nervios en ella.

𝐊𝐞𝐢𝐠𝐨 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐦𝐢→𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora