𝙰𝚍𝚒𝚌𝚝𝚒𝚟𝚎.

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You're my whore


🔞

Era mayormente común en las parejas tener sexo cuando por parte de ambos era consentido.
Al momento de estar solos, en la suma intimidad donde podrían darse cariños, caricias y compartir suspiros el uno con el otro.
Pero tanto para Hanabi como Keigo, era demasiado sexo hasta para ellos. No eran unos chiquillos que entraban a la adolescencia y tenían las hormonas alborotadas a mil. Eran dos adultos realizados, con un trabajo estable y admirados por el mismo.

Los suspiros en aquella oficina eran tenues y cálidas, acompañados de aquel sonido viscoso, lleno de gemidos y besos húmedos. No era la primera vez que pasaban por ello, tampoco era la primera vez que Hawks disfrutaba de una felación en su oficina por parte de su pareja.
Era simplemente imposible contenerse cuando los dos estaban juntos a solas, y es que el sitio favorito para recibir un oral por parte de su chica, era su oficina.

Sentía la saliva escurrir por toda su entrepierna, seguida de la lengua que no se despegaba de su virilidad.
Era sumamente excitante sentirse superior cuando la azabache estaba de rodillas ante él. Succionando y obedeciendo ante todo lo que él demandaba, cuando él quería y lo que él quería.

---Sé muy bien que esto alimenta tu ego. ---habló Hanabi mientras masturbaba al rubio, relamiendo sus labios para quitar la saliva que goteaba por su barbilla.

---Y me conoces muy bien. ---Keigo sonrió, tirando con fuerza de la cabellera que ella poseía, recibiendo un gemido por su parte. ---Tanto tiempo contigo, y también sé que te gusta esto...

Con la otra mano, quitó el agarre que mantenía su pareja sobre su erección, llevando el rostro de la chica al mismo sitio.

---Chúpala, hasta que me corra. ---no fue necesario otra frase para que recibiera con gusto la longitud de su mayor, subiendo y bajando su cabeza, sintiendo el firme agarre de Keigo entre sus cabellos, junto a los suspiros del mismo.

Sabía que estaba bajo su atenta mirada ámbar, lo conocía a la perfección, se conocían a la perfección, es por eso que sabían lo que le gustaba al otro.
El ligero temblor en las piernas de Takami le indicaba que estaba cerca de su límite, junto los jadeos profundos que inundaban sus oídos, era un total deleite para ella.

Notó cómo se sostenía de la silla conforme ella hundía su cabeza cada vez más, deslizando su lengua por toda la punta de su miembro, lo hizo estremecerse y gemir.
Sin avisar, el caliente líquido inundó toda la cavidad bucal de Hanabi, seguido del palpitar de Hawks en su boca.
El cenizo se quedó quieto cuando llegó al orgasmo, corriéndose con plenitud hasta que acabara. Se le hizo ligeramente gracioso el rostro de su menor cuando terminó, llevó su dedo pulgar hasta la comisura de los labios contrarios, quitando algunas gotas de su semilla que se delizaban.

---Buena chica.

Lanzó una risa mientras Yoshida se limpiaba. Notó cómo aquella felina cola se movía de un lado a otro, y una de sus mejillas se posaba en el descubierto muslo del alado, frotándose contra el mismo, ronroneando y pasando sus manos por su cadera.

Hawks distinguió aquel comportamiento, sabía que quería algo.

---¿Qué sucede mi amor? ---preguntó notando cómo ella alzaba la mirada hacia Hawks.

Tardó unos minutos en responder, pero su silencio fue una respuesta contundente para Takami, quién entendió a la perfección sus súplicas a través de su mirada.

---¿Quieres más?

---Quiero más leche. ---pidió lamiendo con suavidad el muslo de Keigo, provocando que el mismo se mordiera los labios.

𝐊𝐞𝐢𝐠𝐨 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐦𝐢→𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora